George Clooney y Sandra Bullock, dos astronautas que aterrizan en Venecia (FOTOS)
¿Qué niño nacido en los 60 no quiso ser astronauta de mayor? En cierto modo George Clooney y Sandra Bullock lo han conseguido encarnando a dos de ellos en Gravity. Un logro que comparten con el espectador, gracias al formato 3D en que se estrena. Tanto ellos como el director Alfonso Cuarón pertenecen a la generación de las grandes misiones espaciales, cuando el Apolo 13 era una realidad y no una película de entretenimiento. Hoy miércoles han presentando juntos la cinta en el Festival de Venecia, donde participa fuera de concurso.
Con ella inauguran una 70 edición que se espera débil en cuanto a la presencia de estrellas en su alfombra roja. Los dos actores interpretan en la película del cineasta mexicano a una pareja de náufragos espaciales inevitablemente conectados de forma umbilical. Son el Clooney de casi siempre y la Bullock de casi nunca. Él cambia el habitual Armani por el traje de astronauta pero vuelve a ejercer de tipo socarrón y vitalista en quien se puede confiar. Ella, como contrapunto, se encarga de la tragedia.
Durante la presentación a la prensa, el director ha explicado los requisitos necesarios para que dos estrellas de cine se conviertan en astronautas ficticios. Permanentes ensayos, cuidadas coreografías y permanecer buena parte del rodaje aislados son algunos de ellos. "Sandra y yo hicimos mucho Bikram Yoga juntos", bromea el actor, para luego reconocer que fue su compañera de reparto quien tuvo que lidiar con el trabajo duro.
La Bullock se muestra más especifica: "Recuperé mi formación en la danza, rodaba escuchando música que me pusiera en situación y contacté con varios astronautas profesionales. Les pedí que me asesoraran sobre la forma de moverme y les hacia preguntas tontas sobre cómo van al baño, pero lo que más me interesaba era saber las razones por las que eligieron dedicarse a una profesión así", dice la actriz.
Alfonso Cuarón se asegura que Gravity (a partir del 4 de octubre en salas españolas) cuente con la acción e intriga necesarios para el thriller palomitero, pero no reniega de la claustrofobia (o agorafobia, según se mire) psicológica que exige un género marcado para siempre por filmes como 2001: Una odisea en el espacio o Solaris. "Era imposible no utilizar el valor metafórico del espacio en la historia", reconoce. Por eso somete a sus dos protagonistas a un viaje involutivo que comienza en el cúlmen tecnológico de un transbordador en órbita y termina en los instintos mas primarios, maternidad y supervivencia incluidos.
Sobre las gafas 3D se abalanza mucha basura espacial y alguna que otra lágrima. Una combinación explosiva pero no sorprendente, viniendo de un director que tan pronto rueda un trío de alto voltaje en Y tu mamá también, adapta a Dickens con Gwyneth Paltrow en Grandes Esperanzas, o consigue una de las entregas más logradas de la saga de Harry Potter.
Los que sí que compiten por el León de Oro en esta edición del festival son James Franco como director de Child of God y la gran promesa del cine francófono, el canadiense Xavier Dolan con Tom à la ferme. Se enfrentan a clásicos como Stephen Frears (Philomena), el animador japonés Hayao Miyazaki (The Wind Rises) o Terry Gilliam (The Zero Theorem). Fuera de concurso se espera con curiosidad el regreso al cine de una rehabilitada Lindsay Lohan, en The Canyons, un proyecto que la une con el escritor el actor y el director.