EEUU y la UE, sin estrategia en Egipto más allá de la condena de la violencia y la petición de diálogo

EEUU y la UE, sin estrategia en Egipto más allá de la condena de la violencia y la petición de diálogo

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Cuando estallaron las revueltas árabes contra longevos dictadores, la Unión Europea y EEUU reaccionaron tarde. Tardaron en despegarse de dictadores como Hosni Mubarak, Zine El Abidine Ben Ali o incluso Muamar el Gadafi, que durante décadas decidieron los destinos de Egipto, Túnez o Libia generalmente en sintonía con Washington y Bruselas.

Sin embargo, cuando la Primavera Árabe se confirmó como una fuerza irresistible, alabaron los procesos que podían, por primera vez en la Historia, alumbrar la democracia en toda una región.

La crítica situación de Egipto, llave para muchos de los procesos de la región, ha desbaratado todos los planes de Barack Obama y los líderes europeos.

Según asegura The New York Times, "la violenta represión ha dejado a Obama en una situación en la que no tiene una posición ganadora". El presidente tiene que elegir entre "arriesgar una relación que ha sido la piedra angular de la paz en Oriente Medio durante 35 años o esperar mientras aliados de toda la vida tratan de aferrarse al poder aplastando a los oponentes". La ecuación, según el diario, no se refiere sólo a Egipto y la ausencia de condena del golpe de Estado dado por los militares en julio.

"Los israelíes, los saudís y otros aliados árabes han presionado para que sea amable con los generales con intención de neutralizar lo que ven como una amenaza más grande y peligrosa: la islamista". Por otra, en EEUU, como en Europa, hay cada vez más voces que ven en los militares una especie de régimen de Mubarak actualizado, una autocracia que no es la solución a nada.

EUROPA TAMBIÉN INDECISA

Algo parecido sucede en Europa. ¿Por quién apostar? ¿Por una dictadura militar que neutralice el temido islamismo o por los riesgos de una democracia volátil?

En un comunicado hecho público este domingo, el presidente de la Comisión Europea y el del Consejo, José Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy, se limitaron a condenar la violencia que arrasa las calles del Cairo y otras ciudades egipcias.

"Los recientes acontecimientos en Egipto, particularmente la violencia de los últimos días, son extremadamente preocupantes", reza el texto, que recuerda que "Egipto es un aliado clave de la Unión Europea".

Embajadores de los Veintiocho tienen previsto reunirse este lunes en Bruselas para analizar la situación y estudiar además la posible convocatoria de un encuentro extraordinario de los ministros europeos de Exteriores.

Según la UE, que tampoco condenó el golpe de Estado de los militares, Bruselas "ha estado al lado de Egipto en los últimos dos años, mientras avanzaba hacia la democracia". Pero ese proceso se interrumpió por la deriva del Gobierno de Mohamed Mursi y por el golpe de Estado. "No hay alternativa al diálogo", reclaman los dos presidentes, que piden "un proceso político que desemboque en elecciones y un gobierno civil".

Pese a los llamamientos a la calma, la UE, como EEUU, sigue haciendo equilibrios.

NUEVAS MANIFESTACIONES EN EGIPTO

Mientras, los islamistas egipcios se preparan para participar en una nueva jornada de protestas contra el golpe militar que depuso el pasado 3 de julio al presidente Mohamed Mursi, dentro del plan para seguir movilizándose durante una semana.

Está previsto que los manifestantes salgan de varias mezquitas durante la tarde y se dirijan a la sede del Tribunal Constitucional, en el distrito cairota de Maadi (sur).

La llamada Alianza para la Defensa de la Legitimidad, que agrupa a grupos partidarios de Mursi, convocó también marchas que irán hacia la plaza Roxy, en el barrio de Heliópolis (este), según un mensaje en Facebook del Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes.

Este sábado, la policía egipcia desalojó en una violenta operación una mezquita del centro de El Cairo donde se refugiaban cientos de islamistas, que tuvieron que ser protegidos de una turba de civiles exaltados que pretendían lincharlos.

Por su parte, la Presidencia de Egipto consideró que el país se halla en "guerra contra el terrorismo" y acusó a los manifestantes que piden la restitución del depuesto presidente Mohamed Mursi de "fuerzas extremistas".

La tensión se ha disparado en Egipto desde el pasado miércoles, cuando las fuerzas de seguridad desmantelaron dos acampadas de los seguidores de Mursi en El Cairo, en una operación que se cobró la vida de cerca de 600 personas.

Las marchas de este domingo llegan tras el llamamiento realizado el pasado viernes por los Hermanos Musulmanes a mantener protestas durante una semana para reclamar la restitución de Mursi en su cargo.