Las madres sufren más estrés que los padres al pensar en asuntos familiares
Un nuevo estudio sociológico concluye que las madres sufren más estrés que los padres al pensar en los asuntos familiares a lo largo del día, aunque ambos progenitores dedican prácticamente el mismo tiempo a dicha tarea.
Las mujeres dedican una media de 29 horas a la semana, frente a las 24 de los padres. De ese tiempo, casi el 30% lo dedican a pensar en los asuntos de su familia. La diferencia por género es mínima, por lo que la autora subraya que lo que su "investigación muestra es que en realidad las diferencias de género en el trabajo mental son más una cuestión de calidad que la cantidad".
"Supongo que es porque las madres tienen la responsabilidad principal del cuidado de los niños y la vida familiar. Cuando piensan en los asuntos de familia, tienden a enfrentar los aspectos menos agradables, como tener que programar una cita con el médico para un niño enfermo, por lo que son más propensas a estar preocupadas", ha explicado la autora del estudio, Shira Offer, profesora asistente en el Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Bar-Ilan en Israel.
500 FAMILIAS ESTADOUNIDENSES
El análisis, que ha sido presentado este sábado en la 108ª reunión anual de la Asociación Americana de Sociología de Nueva York, se basa en datos de 500 family study, una investigación sobre las experiencias de 500 familias de clase media con ambos progenitores con empleo de ocho comunidades urbanas y suburbanas de Estados Unidos.
Existen numerosos trabajos acerca de la división de las labores del hogar y el cuidado de los niños, pero la mayoría examinan comportamientos específicos, según Offer.
"Estos estudios se centran en el aspecto físico de las tareas y las demandas, que pueden ser medidos y cuantificados con relativa facilidad. Sin embargo, gran parte del trabajo que hacemos, tanto remunerado como no remunerado, tiene lugar en nuestra mente", destaca la experta.
Pensar en las cuestiones familiares afectó negativamente en el bienestar de las madres, pero no de los padres. Offer cree que las expectativas sociales empujan a las mujeres a asumir el papel de administradoras del hogar, lo que les lleva a abordar de manera desproporcionada los aspectos menos agradables de cuidado de la familia.
"Creo que lo que hace de este tipo de trabajo intelectual una experiencia negativa y estresante para las madres es que ellas son las juzgadas y consideradas responsables de las cuestiones relacionadas con la familia", ha sentenciado.