Cómo reconocer y tratar los golpes de calor
En verano, aumenta el riesgo de sufrir un golpe de calor, especialmente peligroso para personas mayores, embarazadas, niños y mascotas. Pero...¿por qué se produce este fenómeno?
Un golpe de calor es una elevación de la temperatura corporal hasta 40 grados (cuatro más de lo normal) por exposición a altas temperaturas y se produce cuando los mecanismos que usa el organismo para enfriarse, como pueden ser el sudor y la respiración, dejan de funcionar.
"Se alteran los mecanismos del termostato cerebral, digamos que el organismo no tiene ya capacidad para eliminar más calor, y si sigue sometido a la fuente de calor no tiene escapatoria", explica el doctor Salvador Tranche, responsable de comunicación de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.
Las consecuencias pueden llegar a ser muy graves: desde lesiones cerebrales severas hasta, incluso, el coma, y puede causar la muerte.
Cansancio físico, sensación de mareo, sequedad en la boca, dolor de cabeza, calambres y malestar general son algunos de los signos que nos alertan de que podemos estar sufriendo un golpe de calor. Este cuadro clínico se puede ir agravando poco a poco.
"El paciente se va poniendo cada vez peor, empieza a comportarse raro, puede tener alucinaciones e incluso presentar convulsiones en determinados momentos, y va perdiendo la consciencia", señala Tranche, que puntualiza que es una situación crítica que precisa de atención médica "inmediata".
La asociación de actividad física, temperatura elevada y humedad alta incrementa mucho el riesgo, asegura el doctor Javier García Alegría, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital de Marbella y miembro de la Sociedad Española de Medicina Interna.
EVITAR UN GOLPE DE CALOR
Ingerir líquidos aunque no se tenga sed, protegerse de la exposición directa y prolongada al sol y evitar hacer ejercicio físico durante las horas de más calor (de 12.00 a 16.00 horas) son algunas de las pautas que hay que seguir para evitar sufrir un golpe de calor.
Vestir ropa ligera y protegerse del sol con un sombrero o gorra son otras medidas que se deben adoptar. Son consejos de sentido común pero que no siempre cumplimos y que hace que todos los años tengamos un disgusto.
Estas recomendaciones son válidas para cualquiera, porque hay que tener presente que '"todos podemos sufrir un golpe de calor", advierte García.
Además de los más pequeños, los ancianos, las embarazadas y las mascotas, otros colectivos de riesgo son los enfermos crónicos y los que toman determinada medicación, como diuréticos, que contribuyen a que no tengan un estado de hidratación óptimo. Todos son personas que no tienen los mecanismos de compensación adecuados para eliminar el calor.
ENFRENTARSE A UN GOLPE DE CALOR
Ante la sospecha de que alguien puede estar sufriendo un golpe de calor, hay que trasladar inmediatamente a esa persona a una zona de sombra e intentar refrescarla. Si está consciente, hay que darle líquido y, sobre todo, llamar a los servicios sanitarios.
El doctor García alerta sobre "algunos falsos conceptos" que circulan entre los deportistas, que piensan que, si dejan de sudar, es que están en buena capacidad física. Aunque se trata de personas sanas, deben tener especial cuidado, al igual que los trabajadores de la construcción y del campo. Siempre tienen que estar bien protegidos e hidratados.
"Todos los años hay varios fallecidos por esta causa, sin ninguna duda", resalta el doctor Tranche. Precisa que las alteraciones relacionadas con el calor son variadas, y pueden ir desde un corte de digestión hasta el que entra en coma, y entre ambas situaciones "muchas intermedias que hacen que los registros no sean muy fiables".
El doctor García asegura que el número de casos extremos no son muchos, "pero muere gente y algunos quedan con secuelas".