Alternativas a Google, Facebook o Apple: Cómo ponérselo difícil a Prisma
Prisma ha servido para mostrar que el espionaje en la red no es cosa de conspiranoicos. Estados Unidos vigila a miles de ciudadanos no estadounidenses con la colaboración aún forzada de las grandes empresas de internet, todas con sede en ese país. Si la privacidad es, además de un derecho fundamental, un valor en sí misma que hay que proteger sólo hay dos opciones: la primera es desconectarse de la red; la segunda, para los que no puedan vivir sin ella, aprender a navegar lejos del alcance de Prisma.
La mayor parte de la vida online pasa por los servicios de las empresas tecnológicas que se han visto salpicadas por el escándalo. Con la excepción de Twitter, las principales herramientas para la comunicación en la red usadas por millones de internautas del mundo pertenecen a las nueve compañías que han aparecido en el PowerPoint de Edward Snowden. Por eso es complicado escapar de Prisma, pero no imposible.
Lo más evidente es no usar esos servicios. Adiós a Google, a Facebook, a Skype, a YouTube, a Flickr, al iPhone... No parece la opción más realista, aunque sí se puede prescindir de algunos.
1. Cambiar de navegador
Los usuarios de Safari, Chrome y Explorer pueden pasarse a Firefox y aclimatarse en unas horas. Los creadores de este último, la Fundación Mozilla, no sólo forman parte de la campaña internacional iniciada para exigir que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos deje de espiar, sino que también ha desarrollado extensiones para Firefox que protegen la privacidad de sus usuarios. Entre ellas están Do Not Track, para evitar el rastreo en la web, Persona, para gestionar la identidad online y Collusion, para saber quién rastrea.
2. Usar Tor
La solución casi perfecta para navegar sin ser localizado y sin que sepan qué sitios se visitan es Tor Browser Bundle, el navegador del proyecto Tor, la "internet oculta" y anónima. Sin instalar nada en el ordenador, la información viaja cifrada entre dos puntos (el cliente y el servidor) a través de varios nodos de la red. Esto impide que un tercero pueda ver el contenido de la comunicación, de dónde viene y a dónde va. Este fue el sistema usado por Wikileaks en sus intercambios de información con los medios de comunicación, y se da la paradoja de que Tor nació para uso de la Marina de Estados Unidos.
3. Pasarse a un buscador alternativo
Los tres principales buscadores, Google, Bing y Yahoo! Search, habría que ponerlos en cuarentena. Nuestras búsquedas reflejan nuestros intereses, pasiones y pensamientos, así que son de gran interés para los fisgones oficiales. Tras destaparse Prisma, buscadores alternativos como DuckDuckGo, Ixquick o StartPage, que no registran la dirección IP de los ordenadores ni rastrean el historial, hayan duplicado su tráfico. Aunque sus cifras son aún la centésima parte de las de Google, a ellos Prisma les ha sentado muy bien.
4. Cifrar las comunicaciones
Las comunicaciones por correo, chats o mensajería toca cifrarlas para que sólo los participantes en la conversación puedan leerla, dejando los espías con una ristra de caracteres sin sentido. Para el correo hay varias herramientas de cifrado cuya única complicación está en su instalación y configuración. Para el chat y la mensajería, la mejor opción es combinar el cliente universal de chat Pidgin con el plugin OTR. El primero importa los contactos de Gtalk, el viejo Messenger, AIM... y el segundo cifra las conversaciones.
5. ¿Cambiar de redes sociales?
El asunto de las redes sociales es de los más difíciles. Por un lado, no hay muchas alternativas a Facebook, Google+ o Twitter (aunque ojo, esta última no está en nuestra la lista negra). Por otro lado, las pocas que existen no tienen la masa crítica que hace a las otras interesantes, así que ¿por qué estar en una red social dónde no están tus amigos?
Aun así, hay redes sociales alternativas y algunas son españolas. La gran promesa de una red social respetuosa con los datos de sus miembros fue Diaspora. Pero esta creación de cuatro estudiantes neoyorquinos fracasó en su intento de retar a Facebook desde la privacidad. Hoy, entregado su código a una comunidad de desarrolladores voluntarios, sigue activa pero con un perfil muy bajo. La opción española es Lorea que, desarrollada por hacktivistas, permite crear redes para pequeñas comunidades.
6. Explora nuevos mundos
Las herramientas para proteger la privacidad recogidas en este artículo no son las únicas. Hay otras alternativas y existen más programas para protegerse en entornos diversos. Aquí van algunos de ellos:
- Si usas un gestor de correo tipo Outlook, puedes pasarte a Thunderbird, creado por la Fundación Mozilla, y cifrar los correos con Enigmail.
- En Vuze se han mostrado muy críticos con el espionaje de Prisma y explican cómo compartir archivos en las redes P2P de forma anónima.
- Con la app Wickr se pueden enviar mensajes, fotos o vídeos de forma cifrada desde un iPhone de forma segura. Sólo el receptor podrá abrirlos y se pueden configurar para que se autodestruyan pasado determinado tiempo todas las copias que existan.
- Aunque Twitter no se ha visto implicado en el escándalo, puede ser buen momento para instalar AnonTwi. Creada por el hacktivista hispano Lord Epsylon, permite cifrar los tuits y mensajes directos de Twitter, falsear la ubicación o conectarse con la red Tor.
- Para los móviles Android, RedPhone cifra las llamadas. Hace lo mismo con conversaciones sobre VoIP, como Skype, y mensajes de texto. Eso sí, el interlocutor también tiene que tenerlo instalado.
Si aún quieres más, la Free Software Foundation dispone de un directorio de programas para ponérselo difícil a Prisma. Con la misma idea también ha nacido Prism Break, con decenas de alternativas a los servicios sospechosos de colaborar con la NSA.