Miles de gallegos protestan en Santiago contra los megaproyectos mineros
Miles de personas se han manifestado este domingo en Santiago de Compostela para expresar su rechazo a los megaproyectos mineros existentes en Galicia y contra los que se quieren implantar, como es el caso de la mina de oro de Corcoesto, en Cabana de Bergantiños (A Coruña).
Convocados por el colectivo denominado ContraMINAcción, la marcha fue secundada por numerosos colectivos, partidos políticos, sindicatos, asociaciones medioambientes y vecinos de las zonas afectadas por las explotaciones mineras.
Los manifestantes han criticado también la política minera del Gobierno de la Xunta de Galicia por entender que acaba con el territorio y favorece a las grandes multinacionales. La marcha ha partido de la Alameda compostelana y ha concluido en la plaza de la Quintana tras recorrer las calles del centro de la capital gallega, encabezada por una gran pancarta con el lema: "Galicia no es una mina. Defiende la tierra, defiende la vida".
Entre los políticos que han respondido a la llamada de la convocatoria se encontraba el portavoz de Alternativa Galega en el Parlamento, Xosé Manuel Beiras, que ha calificado el plan minero de la Xunta de "plan vandálico". Beiras ha abogado porque la sociedad civil "ocupe" el terreno mediante acampadas en las zonas donde se pretenden llevar a cabo este tipo de proyectos mineros.
Francisco Caamaño, diputado socialista en la Cámara gallega y exministro de Justicia, ha subrayado la amplia respuesta social a la convocatoria de esta mañana: "mucha gente reunida para manifestar con una misma voz una misma idea: que no queremos megaminería en Galicia", dijo.
El portavoz nacional del BNG, Xavier Vence, ha calificado el proyecto de la mina de oro de Corcoesto como "absolutamente irresponsable" para "abrir el país en canal".
Entre los asistentes, el investigador del CSIC y presidente de la Sociedad Gallega de Historia Natural, Serafín González, quien ha afirmado que las iniciativas de megamineraía contaminante "amenazan" diversas comarcas gallegas con proyectos "muy agresivos y muy perjudiciales desde el punto de vista, social, sanitario, económico y ecológico".