Perder duele. Perder varias veces, duele más. Perder varias veces y siempre contra el mismo, tiene que hartar. Si encima eres Cristiano Ronaldo, capaz de votarse a sí mismo como mejor jugador de fútbol del mundo, el sentimiento puede ser terrible.
Y como la cara es el espejo del alma, Ronaldo no ha podido reprimir sus gestos y ha encandilado a sus detractores con diversas muecas de desencanto por quedarse un año más sin trofeo mientras veía cómo Leo Messi subía a recogerlo.
Son muchos los que en Twitter han subido capturas de la retransmisión con las caras que ponía el portugués.
Unas expresiones que ya fue entrenando antes de la entrega del premio y que recuerdan a la que puso la gimnasta Mckayla Maroney tras quedar segunda en Londres 2012.