Hay un día, no se sabe muy bien cuándo, en el que fruncimos el ceño cuando entramos en nuestra habitación o en el cuarto de los juguetes. ¿Qué hacen esas muñecas ahí? ¿Y esos coches de carreras? ¿Peluches, ositos, bebés, camiones, recortables, construcciones? Ese día llega y es inevitable: nada nos gusta. Pero hay cosas por las que pasa un tiempo y seguimos teniendo cariño, algo en una estantería o un cajón, que incluso coleccionamos. Objetos bonitos en los que recrearnos y recordar la infancia.
Sin embargo, hay otros juguetes que no nos gustan. Que no nos pueden gustar. Puede que los aceptáramos cuando éramos pequeños o puede que no, que ni siquiera en un principio, pero se acabó: son los juguetes horribles, los juguetes que dan miedo, los juguetes que nadie quiere cerca ni regalaría a los niños cercanos. Payasos, monos con sonrisas espeluznantes (con y sin platillos). Juguetes que ponen los pelos de punta. Queridos Reyes Magos: no dejéis esto en ninguna casa de bien.
Aquí, una selección de muñecos simplemente espantosos. Si tienes otros igual de feos (o incluso más) súbelos a la galería.