El candidato republicano al Senado Tom Smith compara los embarazos por una violación con los producidos fuera del matrimonio
Era lo que menos necesitaba la convención republicana que se celebra estos días en Tampa, Florida.
Todavía cargando el pesado fardo dejado por el senador republicano Todd Akin, quien se vio obligado a pedir disculpas por hablar de “violaciones legítimas", el partido liderado por Mitt Romney y Paul Ryan arranca su convención con el eco de las palabras de Tom Smith, candidato al Senado por Pennsylvania.
En un intento desafortunado de distanciarse de las palabras de su colega, Smith, miembro del Tea Party, comparó los embarazos provocados por una violación con los que se producen fuera del matrimonio.
En unas declaraciones realizadas en el Club de Pennsylvania Press, Smith condenó los comentarios de Akin, aunque coincidió con él en que el aborto debe ser prohibido sean cuales sean las causas que lo provocaron. A su juicio, y en contra de lo que defiende el propio Romney, esto incluye a las víctimas de violación e incesto.
Una periodista preguntó al candidato a senador qué pensaría si fuera una hija o nieta las que se quedara embarazada tras una violación. Smith adujo que ya había "vivido algo similar a eso" en su familia. “Ella eligió la vida y le felicito por ello”, dijo para introducir un matiz: “No me malinterpreten, no era una violación".
Fue en ese momento cuando un periodista le preguntó qué caso era comparable a quedarse embarazada por una violación. El candidato respondió: “Tener un hijo fuera del matrimonio”. Y añadió: “Póngase en la situación de un padre. Sí, es similar".
LA DISCULPA
Por mucho que Smith intentara distanciarse de Akin, la polémica que generaron sus palabras ha sido calcada a la que provocó su colega, incluso en el desarrollo de los acontecimientos. Como sucedió con el primero, la portavoz de Smith, Megan Piwowar, tuvo que salir a minimizar las declaraciones: “Tom Smith se compromete a proteger la santidad de la vida y cree que ésta comienza en la concepción", señaló en un comunicado. Su respuesta a los periodistas, señaló su portavoz, “pudo ser menos que ingeniosa”, reconoce, al tiempo que subraya que cuando realizó la comparación en realidad se refería a las “dificultades” a las que se enfrenta una familia en un caso así, no tanto “en la naturaleza” de los embarazos.
EL DISCURSO MÁS MODERADO
Tanto las declaraciones de Smith como las de Akin —que pese a las presiones de su partido ha rechazado dimitir— ponen en aprietos a Mitt Romney. En la convención que hoy arranca en Tampa, el candidato republicano a las elecciones estadounidenses del próximo 6 noviembre intentará mostrar su lado menos radical. Con la perenne sombra del Tea Party, Romney intentará alejarse estos días del discurso radical para ampliar el espectro de votos.
El candidato es consciente de que el cupo del Tea Party ya lo tiene completo con su vicepresidente, Paul Ryan, un defensor a ultraza de adelgazar el Estado y recortar el déficit público a la mínima expresión.
Por eso ofrecerá su cara más amable, aquella que le definió como gobernador del estado de Massachusetts. Sobre todo intentará distanciarse de polémicas estériles que en nada contribuyen a su victoria frente a Obama.
Apagar los fuegos provocados por sus dos senadores republicanos no entraba, ni de lejos, en los planes para estos días de convención, preparada al milímetro para convertirse en el momento de máxima gloria de su candidatura.