La 'bici-birra', una idea original para combatir la crisis
No es una bici, sino un vehículo estilo carromato con capacidad para 19 personas con tracción a pedal para 10 de ellos. Va dirigido por un conductor que no bebe y que se encarga de proporcionar comida y barra libre de cerveza a los clientes. Se alquila durante dos horas y media por 450 euros, 23,7 por cabeza si va completo.
A Enrique Gómez Ayala, empresario de 44 años, se le encendió la bombilla de las ideas durante un viaje a Holanda, cuando vio este invento, que allí se llama Beer Bike (bici cerveza).
Consolidado en Holanda y Alemania desde hace varios años, ha aterrizado en Madrid para gozo y disfrute de los amantes del zumo de cebada. Gómez, empresario del sector de la prevención de incendios, lo vio muy claro. "Vi que con la crisis todo estaba tan mal, que me lancé a la aventura", relata. Así que cambió de gremio y se compró uno de estos carros, al que llamó bici-birra, con la esperanza de hacer negocio.
No es la única bici-birra que hay en España. Otros empresarios ya han montado su negocio en Mallorca, Valencia o Barcelona. Gómez Ayala opera en Madrid y Toledo, aunque ofrece sus servicios a toda España añadiendo un extra en el precio por los gastos de transporte. El vehículo es muy completo: dispone de hilo musical, luces de discoteca y persianas de plástico para los días de lluvia. Se impulsa gracias al pedaleo de sus ocupantes, a unos 6 kilómetros por hora como máximo.
El negocio marcha poco a poco desde que arrancara en el mes de mayo, explica este empresario. "Hago uno o dos eventos semanales, sobre todo se alquila para despedidas de soltero y cumpleaños", comenta. En septiembre ya tiene dos confirmados y, según afirma muy orgulloso, Patrimonio Nacional baraja ofrecerlo como servicio a los turistas en el parque que hay frente al Palacio de Aranjuez.
Esta iniciativa puede dar mucho trabajo, opina Gómez Ayala. "Ahora contrato conductores autónomos cada vez que tengo un evento, pero si las cosas van bien podré adquirir más bicis y contratar a alguien de forma permanente".
Se trata de un negocio peculiar, pero su dueño tiene la esperanza de que en unos años se normalice, aunque de momento, la policía le haya parado un par de veces. "Tengo licencia, y hasta un seguro de responsabilidad civil," describe, "pero como la policía no conoce este negocio, no saben qué hacer conmigo. Nunca me ha llegado una multa, solo sé que mandan informes a la Dirección General de Tráfico para saber si puedo o no puedo circular, pero la DGT en cuanto ve que se trata de un ciclo, lo archiva", relata.
Mientras la gente que va por las calles de Madrid gira la cabeza extrañada para ver pasar semejante artefacto lleno de caras sonrientes cerveza en mano, Gómez Ayala pedalea y piensa en su futuro. "Esta es una nueva forma de entender el concepto del deporte, la ecología y el placer gastronómico", describe.