Recicletos, o cómo arreglar tu bici sin dejarte la vida en ello
Una calurosa mañana de julio, Peter y Lluca se afanan en cambiar la cadena de una bici. Están en las instalaciones de Recicletos, un taller muy particular. Abrió en enero de 2010 en el centro social Tabacalera, en el madrileño barrio de Embajadores, y acoge a todo aquel que necesita arreglar su bicicleta o que quiera aportar su granito de arena reparando las de otros que no saben cómo hacerlo.
La bici averiada es de Lluca, que confiesa no tener muchos conocimientos de mecánica. Su compañero, que ha trabajado en otros talleres anteriormente, le propuso acercarse a Tabacalera, donde han encontrado todo lo necesario para lograr su propósito.
El local donde ambos amigos se encuentran es un espacio de unos 100 metros cuadrados atestado de piezas y herramientas de lo más diversas. En sus paredes, cubiertas de estanterías, se amontonan en impecable orden cajas llenas de cadenas, tornillos, sillines, tuercas... todas perfectamente etiquetadas. Las ruedas, de todos los tamaños, tampoco faltan.
Está gestionado por un grupo de personas que fomentan el uso de la bicicleta como medio de transporte por excelencia. Para ello, fomentan la autoreparación y el reciclaje. En el espacioso taller de Tabacalera, arreglan y enseñan a mantener las bicis en perfecto estado, siempre promoviendo la filosofía del "hazlo tú mismo".
HAZLO TÚ MISMO
"Hay dos maneras de hacerlo -explica Peter- puedes venir y dejar tu bici para que los voluntarios del taller te la arreglen, o puedes hacerlo tú mismo". Una revisión general a cargo de los especialistas del centro cuesta 20 euros, pero si el bolsillo no puede afrontar ese gasto, hay otras alternativas: "Si vienes solo a usar las herramientas, pagas dos euros; si coges piezas nuevas, pagas unos 5 o 10 euros, dependiendo de lo que sea", describe Peter mientras ensambla la cadena de la bici de Lluca. Si necesitas un tutor para que te ayude con la reparación, el coste es de 4 euros.
Pero no todo gira alrededor del dinero. La filosofía de Recicletos pasa por apoyar la economía alternativa, y por eso se ofrece la posibilidad de recurrir al trueque. "Lo bueno es que si quieres que te arreglen la bici pero no tienes dinero, puedes aportar otras cosas", relata Lluca. "Puedes ofrecer horas de trabajo en el taller a cambio, no solo arreglando bicis, también puedes contribuir a mejorar el propio local". continúa.
Con el recrudecimiento de la crisis económica, ha habido un aumento de los ciclistas que se han interesado por el taller, que actualmente suele acoger a unas 15 o 20 personas cada día. "Y no vienen más porque por las tardes está cerrado", concreta Peter. El taller abre los miércoles, jueves y viernes de once a dos de la tarde, y en su página web se advierte de que los voluntarios solo tienen capacidad para gestionar tres autorreparaciones al mismo tiempo. Para coger hora, simplemente hay que apuntarse en el calendario que cuelga junto a la puerta de entrada.
FOMENTO DEL RECICLAJE
Todo el material es reciclado. En Recicletos se recuperan bicis antiguas cuyos dueños ya no quieren conservar. Si se puede, se arreglan, y si no, se despiezan para dar forma a otras bicicletas nuevas. "También hay talleres que nos avisan cuando van a deshacerse de material que ya no van a usar, y los voluntarios pasamos a recogerlo", comenta Peter.
En un caballete junto a Lluca y Peter, descansa una bicicleta medio desmontada de color naranja chillón. "Es del padre de Rebeca, una de las encargadas", explica Peter. "Se encuentra en pleno proceso de renovación, aquí hay trabajo todos los días".