El presidente de la FIFA insinúa que hubo amaño en la asignación del Mundial del 2006
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, denunció en el diario suizo SonntagsBlick que hubo "irregularidades en la adjudicación del Mundial de 2006 a Alemania".
El dirigente respondió de esta manera a la reciente petición del presidente de la Liga Alemana, Reinhal Rauball, de que dimitiese de su cargo por los casos de sobornos que han sacudido al organismo y que habrían afectado a la asignación de los Mundiales de 2018 en Rusia y de 2022 en Catar.
"Mundiales comprados... Me acuerdo de la asignación de aquel Mundial de 2006 donde, en el último momento, alguien dejó la sala y la votación, en lugar de 10 a 10, acabó 10 a 9 para Alemania. Me alegré, porque no fue preciso un voto de desempate. Quizá tenemos demasiado buen corazón o somos ingenuos", explicó Blatter al rotativo suizo, "Yo no supongo nada, lo constato", dijo.
Las respuestas a las palabras del máximo dirigente de la FIFA no se han hecho esperar en Alemania. El responsable del Comité Organizador del Mundial 2006, Franz Beckenbauer, salió al paso de las acusaciones defendiendo la inocencia de Alemania en las votaciones.
"Me resultan incomprensibles las declaraciones de Blatter. Lo decisivo fue el voto cerrado de los europeos a nuestro favor", indicó el Kaiser en el diario germano Bild.
Diversas instituciones alemanas aseguran que esto se debe a un intento de Blatter de desviar la atención sobre las acusaciones a la FIFA por no actuar con contundencia contra los casos de corrupción en el seno de la organización.
Las explosivas declaraciones de Blatter no acabaron aquí. El dirigente suizo, de 76 años, también declaró que "Cuando yo era secretario de la FIFA [entre 1981 y 1998], el presidente de la asociación de un país vino a verme. A la salida, se me acercó y me dijo: 'Sería bueno que el árbitro estuviera de nuestro lado'. Entonces me metió un sobre en la chaqueta." Blatter concluyó el relato explicando que no permitió el soborno: "Volví a la oficina y abrí el sobre. Había 50.000 dólares. Le llevé el dinero al contable, que propuso abrir una cuenta a nombre de este hombre y depositar el dinero. 14 días más tarde, había recogido el dinero. Desde entonces, nunca han intentado sobornarme".