Los especuladores arruinan los resultados de la cumbre en solo cinco días
Son dos: 500 puntos y 7%. Esas dos cifras son, casi como norma ya aceptada, el tope del termómetro que marca la fiebre de las finanzas españolas. Pasadas las 13 horas, alcanzaban 564 y 7,021%. Son la prima de riesgo, la diferencia en el coste de refinanciación entre España y Alemania, y el interés del bono a 10 años, que se toma habitualmente como referencia para medir la salud de las finanzas públicas. Ni la ducha fría de la última cumbre de jefes de Gobierno de la Unión Europea ni la última reunión del Banco Central Europeo han conseguido calmarla. Ambas reuniones se convirtieron, parafraseando a un portavoz de la Comisión Europea, en "paracetamol financiero" contra la desconfianza de los mercados. Muy bien durante unos días, pero una catástrofe cuando se comprueba la fragilidad de las decisiones. En cinco respuestas, te explicamos el porqué.
LA PRIMA SUBE... ¿Y A MI QUÉ?
¿ES SOSTENIBLE?
SI LA CUMBRE TOMÓ DECISIONES... ¿POR QUÉ NECESITAMOS AL BCE?
¿QUÉ PUEDE HACER EL GOBIERNO?
¿LLEGAREMOS VIVOS AL LUNES?
El viernes pasado, cuando terminó el último cónclave, en Bruselas no había "plan B". "Confiamos en que estas decisiones alimenten poco a poco la confianza, inicien un círculo virtuoso", confiaba una fuente comunitaria. No le faltaban argumentos: la incertidumbre electoral griega se había despejado y España e Italia habían conseguido importantes concesiones de la canciller alemana, Angela Merkel. Pero los mercados no se lo creen. La espiral especulativa parece lejos de cerrarse.