Elvira Viri Fernández, la esposa de Mariano Rajoy, es tan discreta en sus apariciones públicas que las hemerotecas apenas guardan un par de decenas de rastros suyos. Solo se deja ver en alguna boda, funeral, desfile, congreso del partido y en los balcones de Génova cuando no hay más remedio, como cuando su marido gana unas elecciones generales. Por eso ha sorprendido verla tanto en el último mes después de una temporada escondida: en la inauguración de la exposición de Hopper en el Thyssen, en las escaleras del avión a la llegada del G20 y, hoy, otra vez en las escaleras del avión pero rumbo a la cumbre del clima de Rio de Janeiro.
Para los tres actos ha elegido el traje con chaqueta de color blanco, el uniforme tan de moda que llevan tanto mujeres que representan el poder como Ana Botella, Letizia Ortiz o Mary de Dinamarca... como celebrities del estilo de Anne Hathaway o Miley Cyrus cuando no quieren fallar. A Viri la tendencia sienta como un guante: clásico, favorecedor y sobre todo, discreto. Un estilo muy distinto al de la anterior inquilina de La Moncloa, pero un perfil público igual de bajo.
Acompañando a Rajoy a la cumbre de Río después del G20.