El 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó en suelo israelí el ataque más dañino de su historia. Tel Aviv replicó con una ofensiva que aún dura y a la que nadie le ve el fin. La dinámica del conflicto, viejo de 80 años, ha saltado por los aires, a pura muerte.
La muerte de seis rehenes más, que Tel Aviv dice que fueron disparados por Hamás, multiplica las protestas, hasta la huelga general. El primer ministro ha parado por ahora la ola por vía legal, pero el ansia de un acuerdo se mantiene.
Netanyahu asegura que no se retirará de la frontera de Egipto con Gaza, pese a que eso complica que haya tregua, tal y como piden miles de ciudadanos en las calles. Su ejército, esta noche, ha matado a un niño en Cisjordania.
El secretario de Estado Blinken sostiene que es una señal "esperanzadora" de sus portavoces en el exterior, pero que debe ser refrendada por los que quedan dentro de Gaza. Israel ha "reafirmado su compromiso con la propuesta", confirma.
Este domingo concluyó una nueva ronda de conversaciones en El Cairo entre Hamás y Tel Aviv, sin resultados, por lo que la CIA ha enviado emisarios a Qatar para impulsar el proceso.
Biden y Netanyahu han tenido su primera llamada en casi un mes y se aceleran los contactos entre los negociadores y las partes. Las presiones internas son enormes.
Tel Aviv presiona con la ofensiva terrestre en Rafah para que Hamás ceda en el trueque de rehenes y presos. Si hay tregua, avisa que aprovechará para "aumentar aumentar la potencia de fuego" contra el grupo libanés Hizbulá, en Líbano.
Las partes no dan detalles por seguridad, pero el anuncio no repetiría el ya alcanzado en diciembre, sino que sería ampliado, confirman los mediadores.
La milicia exige el fin de los ataques, la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza, la liberación de "todos los asesinos y violadores de Nuhkba", la fuerza de élite de su ala militar, y dejar a Hamás intacto.
Cientos de heridos mueren en hospital Shifa de Gaza por falta de servicio, sin que haya aún avances concretos en las negociaciones para liberar rehenes.
EEUU presiona para un alto el fuego más largo y, sobre todo, para que se mantenga la entrada de ayuda humanitaria. Israel insiste: quiere ir a por todas contra Hamás, por lo que se teme una ofensiva dura en el sur. Los civiles son los que sufren.
A las seis de esta mañana acababa la última prórroga del alto el fuego, sin que el mediador, Qatar, haya anunciado una extensión. En el norte de la franja se han visto explosiones, supuestamente por la interceptación de cohetes contra Israel.