Y ahora qué dice Wert
No sé quién le aconsejó al ministro restringir derechos fundamentales como violar las comunicaciones privadas o restringir la libertad de expresión. Los internautas hemos tenido que acudir al Parlamento Europeo.
El Parlamento Europeo acaba de rechazar la firma de adhesión al ACTA que los representantes de la Comisión Europea (y la mayoría de gobiernos europeos sin el más mínimo debate) ya habían estampado sobre el Tratado en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón. El resultado de la votación ha sido de 478 votos contra el ACTA, 39 a favor y 165 abstenciones.
El Tratado de Lisboa dota a la Eurocámara de derecho de veto sobre la mayor parte de los acuerdos internacionales realizados por la UE. Hoy se ha ejercido ese veto. ACTA no entrará en vigor en la Unión Europea. La ciudadanía digital europea, que en la calle y en la red ha protestado contra el tratado del lobby del copyright, ha ganado la batalla. El Partido Popular Europeo ha intentado suspender la votación hasta el último minuto. La propuesta fue rechazada.
Sin explicación política alguna y haciendo caso omiso al clamor social contra este acuerdo liberticida, el ministro Wert firmó, el pasado enero, la adhesión de España a ACTA, un acuerdo secreto y auspiciado por determinados lobbies para proteger y respaldar la propiedad intelectual de una manera extrema y severa. En términos entendibles Wert votó a favor de una legislación que permitiera que cualquier proveedor de servicios de Internet ISP fuera obligado a rastrear las actividades de sus usuarios. Y en su defecto los ISP serían acusados de violar la propiedad intelectual y podrían ser cerrados permanentemente.
No sé quién le aconsejó al ministro votar por restringir derechos fundamentales como violar las comunicaciones privadas de los usuarios o restringir la libertad de expresión e información; desde luego los internautas españoles hemos tenido que acudir al Parlamento Europeo para defendernos del ministro de Cultura.
No espero rectificación alguna por tamaño error de bulto. Sí es de esperar que al menos a partir de este momento y ante esta situación el ministro de Cultura se acuerde que aparte de él y los intereses que defiende de parte, se debe al interés general, y que la sociedad civil existe. Hoy se lo ha recordado el Parlamento Europeo. Mañana será tarde para tod@s.