Frida Kahlo = Fashion Frida
Adoro a Frida. Siempre me han fascinado las mujeres insolentes con personalidades fuertes y estilos rotundos. Aunque muchos le reprochan a Kahlo ser más conocida por sus vestidos que por sus cuadros, ella fue la primera fashionista del arte. O, mejor dicho, la primera que aportó arte a los estilismos de moda.
Adoro a Frida. Como periodista de moda siempre me han fascinado las mujeres insolentes con personalidades fuertes y estilos rotundos. Nada me produce más admiración que ver proyectada la poderosa herramienta de la moda. Y aunque muchos le reprochan a Kahlo ser más conocida por sus vestidos que por sus cuadros, ella fue la primera fashionista del arte. O, mejor dicho, la primera que aportó arte a los estilismos de moda.
Fotos: Museo Frida Kahlo.
El primer reportaje de moda que publiqué como Directora de EllE en 1993 estuvo inspirado en ella. Me impactó la colección de primavera 1998 de Jean Paul Gaultier, el primero en recordarla. Y desde entonces han sido innumerables las Fridas que han desfilado en las pasarelas, en la música, en el cine...
John Galliano, Dolce & Gabbana, Christian Lacroix, Kenzo, McQueen, Viktor and Rolf, Karl Lagerfeld, Moschino... todos la han resucitado.
Claudia Schiffer, Salma Hayek, Laura Ponte, Nati Abascal, Milla Jovovich la han reencarnado.
Hoy, 20 años después, en su Casa Azul de México, me he vuelto a reencontrar con ella.
Fotos: Susana Martínez Vidal, excepto la imagen de Frida, del Museo Frida Kahlo.
La exposición Las Apariencias engañan. Los vestidos de Frida es una muestra de algunos de los vestidos, alhajas, enseres, etc que lució en vida y que se mantuvieron guardados celosamente en los armarios de su cuarto de baño más de 50 años.
Esta asombrosa exhibición se podrá ver hasta diciembre de 2013. En ella no solo se muestra por primera vez su guardarropa, sino que se pueden contemplar los insólitos diseños de enormes creadores como Riccardo Tisci para Givenchy o Jean Paul Gaultier recreados en la artista. Un ejemplo sobrecogedor que evidencia como Frida vive, a pesar de llevar más de medio siglo muerta.
Fotos: Susana Martínez Vidal.
El estilo de Frida Kahlo (Coyoacan-Ciudad de México, 1907-1954) sigue provocando una atracción irrefrenable por todo el planeta. Mientras Madonna se estrena en instagram comentando su foto Frida, mi artista favorita, Lana del Rey se corona sus flores en su disco, y Lady Gaga reconoce su admiración por ella.
ColdPlay tomó prestado el nombre de una de sus pinturas más célebres Viva la vida para titular uno de los mayores éxitos de su carrera. Y Red Hot Chili Peppers le dedicó la letra de su gran tema Scar Tissue.
Fotos: Museo Frida Kahlo.
Contradictoria y coherente, liberal y libertina, convulsa y coqueta, feminista y femenina, revolucionaria y familiar, amante esposa y adúltera irrefrenable, indígena y mestiza, devota del comunismo y atea declarada, madre frustrada y suicida recurrente, bisexual, alcohólica, poliomelítica, discapacitada, mártir... El sufrimiento atroz fue la única constante en su turbulenta vida.
Fotos: Museo Frida Kahlo, excepto la del corsé, de Susana Martínez Vidal.
Desvelar el misterio de Frida Kahlo es, aún hoy, inexplicable para muchos mexicanos que consideran que el México del siglo XXI, que encabeza el nuevo bloque emergente MIST
(México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía) poco tiene que ver con ella.
Rechazan ese abuso indígena en el país más mestizo de Latinoamérica y esa estética superlativa que reduce la compleja idiosincrasia mexicana a un alarde folclórico de consumo rápido tan fácilmente exportable.
Fotos: Susana Martínez Vidal, excepto la imagen de Frida, del Museo Frida Kahlo.
Además, la mujer mexicana entiende la moda en su faceta más sexy y ama vestirse con ceñidos rigurosos, escotes, melena imponente y tacones de vértigo. Así que no sorprende nada que la cejijunta y bigotuda Frida no sea en absoluto admirable.
Como Almodóvar, más admirado fuera que dentro de España debido a ese exceso kitsch que aumenta la realidad y satura su filmografía. A veces la proyección recreada, aunque irreal, resulta más certera y eficaz porque sintetiza, impacta y permanece.
¿Qué ha hecho a Frida inmortal? La osadía de Coco Chanel, el drama de la Callas, la raza de María Félix, la ambigüedad de Marlene Dietrich, la rebeldía de Amy Winehouse, la insolencia de Lady Gaga, la modernidad de Madonna, la displicencia de Kate Moss...
La Kahlo es droga dura, un alucinógeno que concentra en una sola dosis las pasiones femeninas más delirantes del siglo XX. Un pozo sin fondo. Una fuente de inspiración cuyo caudal rebosa cada año más agua.
¿Estamos ante una pintora? No sólo. ¿Ante una artista? Sí, pero no pictórica. ¿Ante una modelo? ¿Una pensadora? ¿Una visionaria?
Convirtió la desventaja en su peculiaridad y la reafirmación constante de sus circunstancias forjaron su explosiva personalidad que expresó en cada uno de sus gestos vitales. Utilizó todos los medios posibles, fotos, cuadros, cartas y ropa para transmitir su mensaje.
Fotos: Museo Frida Kahlo.
Hija y nieta de fotógrafos, sabía exactamente qué hacer delante de la cámara. De ello dan cuenta más de 800 fotografías. Se sentía poderosa ante un objetivo. Posó como una modelo y reflejó la actitud desafiante y la mirada directa y profunda que todavía hoy rige en las portadas de las revistas. Jamás sonrió en una foto. Sabía que la seriedad embellece y la sonrisa arruga.
Fotos: Museo Frida Kahlo.
Usó sus pinturas como un guión cinematográfico. Nunca antes en la historia del arte se utilizó de manera autobiográfica la obra pictórica de un artista. Por eso cuando conoces la vida de Frida necesitas ver sus cuadros.
Fotos: Museo Frida Kahlo.
A través de sus cartas a familiares, amigos y amantes dio contenido y sentimiento a su estilo.
Creyó en el poder de la imagen y lo utilizó para gritar al mundo la mexicanidad. Sus mantos de tehuana, huipiles de colores, bordados, rebozos, enaguas y listones transmitían admiración y respeto hacia sus propias raíces indígenas y las del pueblo mexicano.
Con su actitud fue la precursora del Sí fashion, No Victim. Puso la moda a su servicio y no se amilanó ante las tendencias de la época. La utilizó para ensalzar sus virtudes y esconder sus defectos. Disimuló con blusas su torso oprimido por la armadura que sujetaba su espalda rota y customizó cada uno de estos corsés. Sus largas faldas ocultaban la deformidad de su pierna derecha afectada por la polio. Y corrigió este desnivel inventando, mucho antes que lo hiciera Ferragamo en 1936, el alza en la suela de los zapatos.
Intentó expresar con la ropa lo que su cuerpo no podía. Frida Kahlo fue víctima del destino, pero no de la moda.
Fotos: Susana Martínez Vidal.
Pasaba horas delante del espejo diseñando su look con la misma precisión que si pintara un cuadro. El lienzo era su espejo. Autora, modelo y pintora. Sujeto y objeto. Frida es el qué y el cómo de su pintura. Ella fue su mejor cuadro.
Estilista de vanguardia, creó y mezcló con ojo no purista sin seguir patrones determinados. Combinó colores y bordados indígenas con sedas de Francia y encajes y algodones de España. Diseñó sus abalorios y dio volumen a la bisutería para hacerla más visible. En un tiempo donde la joya era delicada y pequeña, apostó por formas poderosas y mayúsculas que hoy continúan de absoluta tendencia.
Fotos: Susana Martínez Vidal, excepto la de Frida, del Museo Frida Kahlo.
Con maestría hizo alarde de toques anacrónicos como las uñas rojas, los relojes modernos o el perfume francés (Shalimar) que en nada recordaban a la revolucionaria amante de Trosky que llevaba dentro. El cigarrillo entre sus labios añadía el gesto rebelde. Como la botella de tequila de la que no se separó hasta su muerte: "Bebo para ahogar mis penas, pero las canallas aprendieron a nadar".
Fotos: Susana Martínez Vidal.
Usó la moda para ser distinta y no una más con un estilo inimitable que la distinguía siempre. La interpretó de manera vanguardista y visionaria en su concepto más valioso: identidad, diferencia, y singularidad.
Mientras que aquella época las mujeres lucían recatadas y sobrias, Frida asistía a eventos en París o Chicago con blusas indígenas, faldas holgadas y peinados escultóricos trenzados con lana que coronaba con lazos y flores.
Fotos: Museo Frida Kahlo.
Se mostraba igual cenando con los Rockefeller en Nueva York que en una manifestación del partido comunista en México. Era imposible no mirarla. En 1937, Diana Vreeland le dedicó varias páginas en Vogue USA y Elsa Schaparelli alabó su estilo diseñando un vestido al que llamó Madame Rivera.
En momentos de debilidad, confío en el poder terapéutico de la imagen para elevar su autoestima. Cuanto más frágil era su salud, más fuerte era su aspecto. Cuanto más dolor y deterioro, más lujo y elaboración en sus looks recargados. Sentía que moría menos si se arreglaba más. Y al final de su vida se vestía cada día como para ir a una fiesta.
Luchaba por esconder su sufrimiento. Como un regalo bellamente adornado, pero vacío por dentro. La última frase que escribió en su diario fue: "Espero alegre la salida. Y espero no regresar jamás". Su cuerpo estaba roto, pero su ánimo no enfermó nunca.
Fotos: Museo Frida Kahlo, excepto el collar, de Susana Martínez Vidal.
Todo en ella fue insólito. Insólito ser bella y retratarse fea. Insólito perder la virginidad en un accidente de tráfico con el pasamanos de un tranvía. Insólito padecer 34 operaciones y 3 abortos. Insólito nacer, vivir y morir en la misma casa y casi en la misma cama. Insólito pintar cuadros a modo de biografía. Insólito ser engañada por tu marido con tu hermana favorita. Insólito acudir a la inauguración de tu única exposición en México en una camilla. Insólito morir sin fama y resucitar mito por obra y gracia de la revolución sexual de los 70 y de una biografía.
Y a pesar de los múltiples ruegos de Andre Breton, nunca quiso pertenecer al movimiento surrealista "No soy una pintora surrealista. Mi vida es surrealista".
Esta joya mexicana del siglo XX es en el siglo XXI patrimonio de la Moda Universal. Nadie ha inspirado tantas colecciones de moda y editoriales en las más prestigiosas revistas, con los más célebres creadores, fotógrafos y modelos.
Algún día un libro reflejará cómo su estilo se ha declinado, interpretado y adaptado como pocos al aire de los tiempos. Aunque la imitada Frida, siempre será inimitable, el Olimpo de la moda sigue hipnotizado por su imagen y, más que nunca, rendido a sus pies.
Frida vive. Ave Fashion Frida!
Portada de Vogue México.
Vogue México publicó recientemente a Frida Kahlo en portada de su número especial homenaje a la artista con motivo de Las apariencias engañan. Los vestidos de Frida. La revista fue elegida por el Museo Casa Azul para formar parte de la exposición.