Si tú me dices ven..., no dejo nada. Pero te acompaño
No puedes renunciar a tu manera de vestirte porque tu pareja te lo exija. Tú eres valioso o valiosa por tus valores, por tu forma de ser y por el simple hecho de existir. La aprobación de otra persona no puede depender de cómo te vea por fuera. Y si es así, ya es una criba para saber que esa persona no te acepta tal y como eres.
Confundimos muchas veces el amor con la dependencia. Dejarlo todo por el otro nos parece un acto de amor y de generosidad. Y en ocasiones, es cierto no queda más remedio que tomar esta decisión. Ejemplo de ellos son las familias en las que se propone un traslado de país a uno de los miembros que implica renunciar al trabajo de la otra parte de la pareja. O profesiones como la de entrenadores y futbolistas, con las que el lugar de residencia nunca es fijo y tu pareja anda a remolque de tu lugar de trabajo.
En estos casos se entiende, siempre y cuando el otro acceda. La pareja decide priorizar la unión de la familia y mantenerse físicamente unidos. Estas situaciones suelen tener una temporalidad. Llegada la retirada o finalizado el proyecto por el que alguien había sido destinado a otro país, la familia vuelve a un lugar en el que echa raíces y en el que la otra parte puede volver a desarrollarse profesionalmente.
Pero esto no es dependencia, esto son valores familiares y prioridades que la familia decide tener. Hablamos de dependencia cuando decides comportarte y hacer lo que la otra persona te pide, aun no estando tú de acuerdo, por miedo a perder a la persona amada. Porque con esa persona lo eres todo, y sin ella no eres nada.
La persona dependiente muchas veces se ve sin recursos ante las exigencias de su pareja, que viendo la debilidad, se aprovecha. Muchos son los hombres y mujeres que verbalizan frases como "si me quisieras de verdad (¡como si se pudiera querer de mentira!) dejarías tu trabajo y te vendrías conmigo", "si de verdad me amas no sé qué duda tienes con que nos casemos ya", "si tanto me quieres, te quedarías conmigo esta noche y no saldrías con tus amigos/as", y un largo etcétera. La persona dependiente o insegura llega incluso a cuestionarse su capacidad y calidad para amar, porque alguien le está diciendo que no hacer lo que le pide significa no querer lo suficiente.
¿A qué no deberías renunciar por estar en pareja?
- A tu grupo de amigos.
- A tu independencia.
- A tu familia.
- A tu trabajo.
- A tu forma de vestir.
- A tu forma de ser, de reír, de expresarte.
- A tus valores.
No seas quien no eres ni representes un papel para ser aceptado y querido por tu pareja. Es mucho más sencillo ser tú mismo y que aparezca en tu vida quien te valore tal y como eres. Busca un compañero para el camino, no alguien que te exija dejarlo todo.