En muchas ocasiones nos encontramos sobrepasados por las circunstancias del día a día. Por eso te damos algunos trucos para despejarte y que te tomes la rutina con más filosofía.
El hygge se encuentra en los pequeños placeres del día a día. No hay que tener un smartphone de última generación ni frecuentar los mejores restaurantes gastronómicos. Ese placer de vivir se adapta perfectamente a las personas introvertidas y/o hipersensibles. Es como un refugio frente a las desmesuradas expectativas de nuestra sociedad.