La disminución de actuaciones para combatir la violencia de género es coherente con las políticas de recorte en derechos que practica el PP, respecto de las que están alertando muchas organizaciones españolas, pero también instituciones internacionales como la OCDE, porque suponen un retroceso en igualdad de más de 30 años.
Excepto por la presencia en los medios de comunicación de algunos acontecimientos extremadamente dolorosos, la violencia de género está siendo condenada al silencio. Este Gobierno no condena, no denuncia, no está presente liderando un mensaje claro y contundente de rechazo frontal a la acción violenta y a quienes la ejercen, tal y como sería necesario.
No estamos dispuestos, y mucho menos dispuestas, a "tirar la toalla" tras años de lucha y trabajo para construir esta Democracia, tras batallas perdidas y ganadas a favor de la coeducación, la igualdad, la libertad, la corresponsabilidad y contra la violencia de género.