La defensa sostiene que el aislamiento al que está sometido viola las convenciones de derechos humanos. El condenado, dice, se ha vuelto dependiente de los antidepresivos y ha mostrado tendencias suicidas.
Un total de nueve formaciones políticas han firmado un manifiesto conjunto para urgir al Gobierno a tomar medidas alternativas a la privación de libertad durante la crisis.
Said, que tiene nombre y apellido, para las autoridades penitenciarias mexicanas no alcanza siquiera a ser un número. No existe, es invisible, porque ninguna ley lo toma en cuenta, porque no hay políticas públicas ni programas de desarrollo para él, porque no hay recursos públicos destinados a las niñas y niños que nacen y viven en la cárcel.
En 1971, el profesor de Psicología Philip Zimbardo reunió a un grupo de jóvenes universitarios que se presentaron voluntarios para interpretar durante dos semanas el papel de presos o de carceleros, con el objetivo de evaluar cómo puede influir en nuestro comportamiento adoptar un rol determinado. El horror que se vivió durante el experimento obligó a suspenderlo a los pocos días.