El finlandés Julius Kivimäki, que comenzó su carrera de pirata informático siendo menor, pasará más de seis años en prisión por vulnerar la privacidad de los pacientes. Varios de ellos se suicidaron al conocerse sus confesiones en consulta.
Se detectó en el verano de 2023, cuando se aprovechó una brecha de seguridad del sistema operativo Microsoft para ganar acceso a las cuentas de correo electrónico de los líderes de la formación socialdemócrata.
Estados Unidos lo considera una amenaza para su seguridad nacional, pero la prensa lo reivindica como un informador-pirata que, vía WikiLeaks, puso luz en las tinieblas.