aniversario 15M
¿Pero el 15M no había muerto?
Durante semanas se sucedieron protestas, debates, sentadas, acampadas y asambleas en una vorágine interminable de participación. Poco a poco, la efervescencia inicial se fue calmando y entonces muchos declararon muerto al 15M. Pero no habían entendido nada. No fueron capaces de prever que hoy, cuatro años después, su semilla iba a estar más viva que nunca.
Arroz con costra 15-M: razones por las que seguir indignado 4 años después
Más allá de la situación particular de cada uno de nosotros, hay muchas razones por las que seguir indignados; espacios comunes que nos afectan a todos en mayor o menor medida; realidades a los que nadie es inmune cuando todo se ha convertido en una mercancía de la que cuelga el cartel de se vende.
El 15-M no es un pin
La privatización de la realidad y del pensamiento (no podemos permitirnos ya bienestar y el empleo es un privilegio) es un proceso ya muy avanzado; frente a este, numerosos sectores de la ciudadanía amenazan con construir un mundo propio en las mismas instalaciones del espectáculo cotidiano.
"Pero ¿qué ha conseguido el 15-M hasta ahora?"
El 15-M ha conseguido, sobre todo, existir. Está interiorizado (que no asimilado). No nos damos cuenta, pero ya es imprescindible. Como una utopía cuántica, está en todas partes y en ninguna, y adopta múltiples nombres. ¿Qué ha conseguido hasta ahora, dices? Especifica: día, país, ciudad, barrio...