Algo más que 'la hormona del estrés': qué es el cortisol y cuándo hay que preocuparse por tenerlo alto

Algo más que 'la hormona del estrés': qué es el cortisol y cuándo hay que preocuparse por tenerlo alto

En los últimos tiempos el cortisol se ha convertido en un tema de moda en redes sociales, llegando a ofrecerse estudios para su medición que carecen de validez. 

Un hombre en una situación de estrésGetty Images

¿Te despiertas cada noche a las tres de la madrugada? Tienes el cortisol alto. ¿Acumulas grasa en la zona abdominal? Es por el cortisol. ¿Tienes la cara hinchada? También culpa del cortisol. En los últimos meses los vídeos ‘divulgativos’ sobre el cortisol, los síntomas que provoca no tener unos niveles adecuados o cómo regularlo proliferan en redes sociales, pero no todo lo que se publica es cierto ni tiene una base científica.

Los expertos no se cansan de insistir en que si los niveles de cortisol son más altos de lo normal como consecuencia del estrés, lo que habría que gestionar y trabajar es ese estrés crónico y no el propio cortisol. Además, esta hormona puede estar relacionada con ciertas patologías que debe tratar un endocrino y que no se solucionan con los consejos que ruedan por Instagram.

Partiendo desde la base, ¿qué es realmente el cortisol? “El cortisol es una hormona que nos ayuda a responder a situaciones tanto del día a día como a situaciones de estrés. Hay que diferenciar entre patología del cortisol, que puede ser por exceso, el Cushing, o por defecto, que sería lo que llamamos la enfermedad de Addison, con un cortisol en niveles intermedios derivados de una situación de estrés”, explica Laura Bartolomé, Jefa de la Unidad de Endocrinología y Nutrición de la Clínica IMDA de Madrid.

La doctora señala que en el cuerpo “hay glándulas que mandan más que otras, digamos que existe una jerarquía”, y dentro de esa jerarquía en una de las posiciones más elevadas estaría la hipófisis. “De ahí sale una hormona en situaciones de estrés que regula las glándulas suprarrenales, que son las que producen el cortisol”, explica Bartolomé. “Lo que ocurre actualmente es que estamos en situaciones estructuralmente estresantes que generan una respuesta de lucha de la que es difícil desprenderse”, asegura.

“El cortisol es una hormona que nos ayuda a responder a situaciones tanto del día a día como a situaciones de estrés. Hay que diferenciar entre patología del cortisol y un cortisol en niveles intermedios derivados de una situación de estrés"
Laura Bartolomé, Jefa de la Unidad de Endocrinología y Nutrición de la Clínica IMDA de Madrid.

Además, Bartolomé recuerda que el estrés crónico “es difícil de resolver” y que genera “una actuación constante de las hormonas, entre ellas el cortisol, pero también de otras como la adrenalina”. La psicóloga sanitaria Raquel Tomé, miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, recuerda que precisamente esta relación entre el estrés y el cortisol ha provocado que se la conozca como “la hormona del estrés, dado que el organismo la segrega en abundancia frente a las situaciones estresantes”.

“Es como si en esas situaciones nuestro cuerpo se preparara reaccionando de forma casi instantánea para ayudarnos a dar una respuesta frente a esa situación para que o bien nos quedemos a afrontar el problema o escapemos hacia un lugar seguro”, añade la psicóloga sobre el funcionamiento del cortisol.

"El cortisol desempeña un papel clave en la respuesta del cuerpo frente al estrés"
Raquel Tomé, psicóloga sanitaria y miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

A pesar de su mala fama, Tomé recuerda que esta hormona tiene su función y “desempeña un papel clave en la respuesta del cuerpo frente al estrés”, además de que “participa en la regulación de funciones tan esenciales como el metabolismo de la glucosa o la función inmune”. Tal y como resume Laura Bartolomé, “si se tiene estrés y el cortisol aumenta es que el sistema funciona bien” y lo que habría que hacer es trabajar ese estrés.

Los síntomas y cómo saber si tienes el cortisol elevado por el estrés

Ante decenas de vídeos que hacen un listado de los signos a los que deberías prestar atención para saber si tienes el cortisol elevado, Laura Bartolomé vuelve a incidir en saber diferenciar entre una patología y un problema derivado del estrés. Además, advierte de que los estudios de saliva que ofrecen actualmente no sirven de nada.

“Se han promovido estudios de cortisol que no sirven para nada ya que no hay evidencia científica"
Laura Bartolomé

“Se han promovido estudios de cortisol que no sirven para nada ya que no hay evidencia científica. Hay que tener en cuenta que los estudios no tienen sentido para medir el estrés si es lo que se pretende. Normalmente tenemos un pico de cortisol por la mañana y eso va bajando, se va regulando, porque si no no podríamos dormir”, explica la endocrina.

Bartolomé también explica que este tipo de mediciones no se utilizan por parte de los médicos, que tampoco se centran en analizar el cortisol derivado del estrés crónico. “Cuando un médico endocrino te mide cortisol está buscando enfermedad”, sentencia la doctora. Además, insiste en que “si se tienen uno niveles intermedios derivados del estrés lo que hay que hacer es tratar el estrés, no el cortisol”.

“Cuando un médico endocrino te mide cortisol está buscando enfermedad. Si se tienen uno niveles intermedios derivados del estrés lo que hay que hacer es tratar el estrés, no el cortisol”
Laura Bartolomé.

Además, Tomé recuerda que cada persona y cada organismo tiene una respuesta diferente. “Frente a elementos estresantes, hay personas que segregan mayor cantidad de cortisol que otras y que también podemos responder de manera forma diferente dependiendo del ciclo vital”, comenta la psicóloga, que explica que sí hay síntomas habituales de este problema.

A nivel emocional, Tomé revela que “estamos más cansados, fatigados, hay dificultades de atención y concentración, irritabilidad, empezamos a no disfrutar de las cosas, apatía, bajo estado de ánimo o el sueño empieza a estar comprometido”. Por su parte Bartolomé relata que “el cortisol derivado del estrés afecta al metabolismo de hidratos de carbono y puede contribuir a subir el azúcar, la tensión o provocar irregularidad menstrual”.

“A nivel emocional estamos más cansados, fatigados, hay dificultades de atención y concentración, irritabilidad, empezamos a no disfrutar de las cosas, apatía, bajo estado de ánimo y el sueño empieza a estar comprometido"
Raquel Tomé

“Además, también afecta a las enfermedades digestivas y puede provocar reflujo, además de propiciar que la grasa se acumule en la zona abdominal o ser más propenso a infecciones durante ese período”, asegura la endocrina, que cree que es fundamental hacer una buena gestión del estrés para evitarse o minimizar todos estos síntomas.

Qué hacer para manejar el estrés

La psicóloga Raquel Tomé recuerda que "llegan los problemas" cuando los niveles de cortisol se elevan demasiado, se mantienen de forma continuada y "no logramos recuperar niveles normales de cortisol porque bien no descansamos lo suficiente, o no nos relajamos durante el tiempo necesario". 

"Cuando se dan situaciones de estrés de carácter crónico, entonces observamos, muchísimas consecuencias negativas que impactan tanto en nuestra salud física como en la emocional", resalta la psicóloga, que asegura que "muchos trastornos depresivos y de ansiedad son una consecuencia directa de situaciones de estrés crónico". 

Para evitar llegar a ese extremo, Tomé explica que es necesario activar lo que se conoce como "la respuesta de relajación" para recuperar unos niveles adecuados de cortisol. Para aprender a activar esta respuesta no hay una fórmula mágica y cada persona puede necesitar una herramienta diferente, por lo que es recomendable contar con la ayuda de algún psicólogo o psicóloga. 

"Cuando se dan situaciones de estrés de carácter crónico observamos muchísimas consecuencias negativas en nuestra salud física y emocional. Es muy necesario activar la respuesta de relajación"
Raquel Tomé

Por ejemplo, Tomé explica que "si eres una persona sensible al estrés", se puede activar la respuesta de relajación "enseñando técnicas de manejo del estrés y adoptando un estilo de vida con poco estrés e incorporando estrategias para relajar el cuerpo y la mente que ayudan a mantener niveles de cortisol en parámetros saludables". Algunas de estas herramientas o estrategias podrían ser los ejercicios de relajación física, técnicas de mindfulness y meditación, ejercicio físico como el yoga o tener contacto con la naturaleza. 

Espacio Eco
Un proyecto de Ecoembes

Tomé matiza que este tipo de estrategias las pueden seguir tanto personas con estrés crónico como con "picos de estrés puntuales" ya que, en palabras de la psicóloga "nos ayudan a todos a mantener los niveles de cortisol en parámetros sanos". Eso sí, Tomé advierte que "si la respuesta al estrés está muy relacionada con la interpretación de las diferentes situaciones vitales" recomienda acudir a un psicólogo y hacer terapia para "explorar su mundo emocional interno con mayor profundidad y adquirir las herramientas de autorregulación emocional adecuadas".