Descubriendo a Pere Aragonès
Así es el ‘número uno’ de ERC que acaricia la Presidencia de la Generalitat tras el 14-F.
Se mete en la cocina y se olvida de todo. Es un paréntesis necesario, de lo poco con lo que se desestresa. Le vienen a la cabeza los recuerdos y los olores de las recetas de su abuela Maria Teresa y de su madre. Y ha afinado mucho la técnica de los arroces, siempre con producto fresco de Pineda de Mar. De esas barcas en la playa que suele enseñar a sus amigos cuando recibe visitas en el pueblo.
Nada que ver con el ajetreo del día a día en Barcelona entre carpetas, reuniones, sesiones parlamentarias, eslóganes y decretos. Responde al nombre de Pere Aragonès i García y tiene todas las papeletas desde el pasado domingo para convertirse en el próximo president de la Generalitat. Salvador Illa le ganó en votos, pero los dos obtuvieron los mismos escaños (33) y el independentismo logró la mayoría absoluta. El ‘número uno’ de ERC llama estos días a formar un Govern “amplio”, en el que cabrían también Junts, la CUP y los ‘comunes’.
Aragonès puede convertirse de esta manera en el primer presidente de la Generalitat proveniente de Esquerra en ochenta años, y ya tiene en su currículum el ‘sorpasso’ independentista: se ha impuesto en esta particular batalla a Junts (el mundo posconvergente). Una cargo para el que ha ensayado unos meses tras la inhabilitación de Quim Torra por parte del Tribunal Supremo por el caso de los lazos, que lo llevó a ocupar interinamente este papel. Con una imagen un tanto grisácea y sin grandes estridencias (algo poco habitual en la Cataluña de los últimos años), está ya preparado para gobernar de lleno el Palau. ¿Pero quién es realmente? ¿De dónde viene? ¿Cómo piensa?
El niño Pere no dejaba de ver en bucle Indiana Jones y la última cruzada, de Steven Spielberg, con ese tour de force entre Harrison Ford y Sean Connery. Su familia no era independentista precisamente y se acercaba más al catalanismo. Uno de sus abuelos fue incluso alcalde durante el franquismo. Él sintió la llamada muy joven de la política y apenas ya con barba entró a militar con 16 años en las Joventuts de Esquerra en 1998 (en aquella Cataluña dominada por Jordi Pujol y la España de José María Aznar). De allí nació un grupo de dirigentes que ahora vuelven a coincidir en primera línea y que trabajan juntos, como Marta Vilalta y Roger Torrent. Y con la principal bendición: la de Oriol Junqueras, con quien trabajó en la etapa anterior en la Consellería de Economía y al que conoció años atrás organizando una charla de las juventudes.
La política y la economía han sido siempre sus grandes obsesiones, puede pasarse horas, días y semanas hablando sólo de eso. Los datos se le quedan grabados, no hay que repetírselos, dicen los suyos. “En campaña se ha visto que no es sólo el personaje gestor que había proyectado en el Govern, donde había asumido el rol de vicepresidente económico y, además, de ser un poco el referente de la institucionalidad del Gobierno”, señalan fuentes cercanas a Aragonès, que explican que cuando le preguntaban por otros consellers que podían haber dicho cosas que se “salían de madre” siempre tenía ese punto más institucional.
En ERC creen que ahora se le ha conocido mejor durante la campaña: “con carácter”, “más natural y cercano”. Y para los suyos representa también un cambio en el modelo de liderazgo, una nueva generación a la hora de entender la política (nació en 1982, no llega a los cuarenta años). “Escucha mucho a los demás, es muy poco de ‘yo lo sé todo y lo hago muy bien’”, dibujan las fuentes, que detallan que es “muy feminista”, lo que se nota también en el día a día en el trabajo. Nunca le ha pegado una bronca a gritos a su equipo, por ejemplo, sino que es de hacer reflexionar sobre por qué no le ha gustado algo. “En las formas tiene un punto de gestión emocional”, agregan los suyos: “Te lo dice con respeto”.
“Como viene de la lucha independentista de siempre, lo es desde la adolescencia, proviniendo de una familia que no era especialmente independentista sino más bien de la órbita catalanista, él no tiene la necesidad de estar reivindicando cada dos minutos que se ha hecho independentista. Esto le da un punto de coherencia con lo que ha creído siempre. Ha sido muy de izquierdas y muy independentista siempre. No necesita sobreactuar”, radiografían en su entorno.
El perfil de Aragonés precisamente es mejor valorado en La Moncloa que el de Laura Borràs (Junts). Según fuentes socialistas, pase lo que pase con la investidura, se abre una nueva etapa de “reencuentro”, con el papel fundamental de Aragonès y también de Esquerra en el Congreso. Creen en el palacio presidencial que hay hueco para hablar aunque rechazan de lleno la propuesta de un referéndum. El candidato de Esquerra no es precisamente un desconocido para el Ejecutivo central, ya que ha intercambiado incluso mensajes con Sánchez en la anterior etapa. Además, tiene conexión directa con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, con la que incluso mantenía un grupo de Whatsapp (en el que estaba también Elsa Artadi) que se llamaba ‘Coordinación BCN-Madrid’. “Discreto, aplicado y educado”, lo definen en los ámbitos socialistas.
En las reuniones que mantiene no es precisamente el que se pone a hablar al principio desaforadamente, sino que es de los que escucha y hace un análisis de la situación. No es alguien a quien se le pueda meter un gol fácilmente, dicen personas cercanas. Y se puede pasar horas y horas, entrada la noche, leyendo papeles y sentencias. Con predilección, el poco tiempo que tiene, por los ensayos y por los libros de Keynes.
Cuando se pregunta por él a políticos afines o a enemigos, muchos coinciden en eso de que no ha demostrado carisma. Los suyos reconocen esa crítica y argumentan que se ha visto más su personalidad durante estos días. “Es un hombre más bien discreto”, dicen. No es el típico dirigente que llega a un sitio y eclipsa a todo el mundo, aunque comentan en su entorno que también se achacaba lo mismo a Artur Mas al principio.
Un político de Junts que lo conoce desde hace años hace esta minibiografía: “Es un buen gestor, lleva toda la vida preparándose para esto. La política es su vida, esto tiene de bueno lo que tiene de malo. En una cena con él es incapaz de hablar de algo que no sea política o economía. Es aburrido en lo personal. Ni viajes ni teatros… Política y sólo política”.
Al hilo, un representante del PDeCAT consultado señala: “Será un presidente más institucional, se agradece viendo el espectáculo de Torra. Y será mejor presidente que Laura Borràs, porque en el fondo desprestigiaban la institución. Tiene paciencia y es hábil, no se va a perder en debates estériles. Falta le hace a la Generalitat”.
La convivencia de ERC y Junts durante la última legislatura no fue “fácil”, inciden en el entorno de Aragonès, que asumió la Vicepresidencia en un momento muy complicado, tras el 155 y con Junqueras en la cárcel. Él ha sido como un padre para el candidato, su gran referencia, al que le consulta el rumbo a seguir. Con Junts, además, criticando a Esquerra por su viaje al pragmatismo y por abandonar la unilateralidad. La propuesta ahora mismo del aspirante a la Presidencia es celebrar un referéndum pactado con el Gobierno central y la amnistía para los presos. Un momento político en el que por un lado pasan el “duelo” tras el 1-O, pero por otro van consiguiendo cosas que parecían imposibles como ganar las generales en Cataluña, ser la fuerza más votada en las municipales en Barcelona o vencer a Junts el pasado 14-F. Una situación difícil en la formación mirando a Lledoners, pero que se ha apaciguado también internamente sin familias abiertamente enfrentadas (fue elegido candidato con récord de avales y sin que se presentara otra alternativa).
Él ha tenido que asumir también esos “marrones”, como dicen en su entorno, como la relación dentro del Govern y la gestión propia de la pandemia con un presidente Torra inhabilitado: ha puesto la cara siendo vicepresidente de un Ejecutivo que no es el que le hubiera querido exactamente. Dentro del independentismo, le molestan mucho los comentarios excluyentes y reivindica los orígenes andaluces de una parte de su familia. Suele repetir que el “peor enemigo” de la “Catalunya lliure” es la “Catalunya pura”.
“La figura de Pere Aragonès es interesante porque es bastante diferente a lo que parece. Si es presidente, podrá mostrarse. Es un político que ha ido en los últimos años con el freno de mano puesto de una manera clarísima. Él viene de unas de las Joventuts de Esquerra y hay fotografías suyas con el ‘España nos roba’, en aquella época llevaba el típico corte a lo abertzale. Él había nacido en un entorno acomodado, venía del establishment, de un entorno que tiraba al orden”, comenta el politólogo Toni Aira.
Para añadir: “Y el perfil técnico lo empieza a trabajar ERC en las últimas legislaturas. Él está en el ámbito económico, en el backstage, y pasa a ser una pieza fundamental para Junqueras en la consellería. Necesitaban construir la imagen de partido de Gobierno. Ahí Aragonès lleva de manera natural la transición de su papel activista y contestatario al perfil económico y de constructor desde la sombra de una base para el relato actual de Esquerra. Pasa a ser imprescindible cuando se ‘decapita’ a la cúpula”. “Tiene un parte real, pero también de moderación forzada. Siempre ha tenido esta ambivalencia. Moderado en las formas pero con un sustrato contundente”, apostilla.
“Es menos frío de lo que aparenta, pero la estrategia de Esquerra en estos años le ha llevado a asumir este papel, y se siente bastante cómodo. No tiene nada que ver con el liderazgo de Junqueras, mucho más emocional, ni con el Puigdemont ni con el de Borràs. Ha sido más un liderazgo de acompañamiento, podría recordar más a Montilla o al propio Salvador Illa, salvando las distancias. Esa idea de un liderazgo contra pronóstico”, subraya este profesor de Comunicación Política e Institucional en la UPF Barcelona School of Management.
Política y política. Pero en estos tiempos de tanta tensión su gran escape ha sido también la familia, tiene una hija pequeña de apenas dos años a la que adora, Clàudia. Y los ratos que puede durante el sábado y el domingo intenta ver alguna serie con su mujer, con la que le gusta escuchar también las canciones de Silvia Pérez Cruz. Ahora se enfrenta a su gran cruzada, como Indiana Jones.