Walter Haubrich, testigo y cronista
Walter Haubrich pertenecía a la gran generación de corresponsales internacionales que jugó un admirable papel de información rigurosa y apoyo activo a Transición española. Pero su labor periodística tuvo también una importantísima dimensión iberoamericana. Viajero incansable por el continente, fue cronista de su evolución desde las dictaduras a las democracias y un descubridor de la gran narrativa latinoamericana del realismo mágico para el público alemán.
Fuente: Wikipedia
Cuando mencioné el nombre de Haubrich en el Parlamento Europeo, un consejero mío alemán me dijo que los artículos de Walter en el Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) habían sido decisivos para su tesis doctoral sobre el tardofranquismo. En efecto, Walter era una autoridad respetada no solo en el mundo periodístico hispanogermano, sino también en el ámbito universitario. Pertenecía a la gran generación de corresponsales internacionales que jugó un admirable papel de información rigurosa y a la vez de apoyo activo a la Transición democrática en España.
Conocí a Walter Haubrich en Valladolid en 1967. Él era lector de alemán en la Universidad, yo un joven profesor de Economía. Nos reuníamos en el Colegio mayor Santa Cruz, donde con un grupo de profesores universitarios tratábamos de poner en común en conspirativas comidas información sobre la actualidad y la lucha contra la dictadura. Desde entonces, nuestra amistad continuó a través de una etapa decisiva de las historias de España, Portugal, Alemania y Europa, en la que sus crónicas adquirieron el rango de fuentes de autoridad. En el terreno personal, siempre le estaré agradecido por ser el amigo común que me presentó a mi esposa, la pintora Sofía Gandarias.
Pero la personalidad de Walter no se circunscribía a Europa. Su labor periodística y cultural tuvo una importantísima dimensión iberoamericana. Viajero incansable por el continente, fue testigo y cronista de su evolución desde las dictaduras a las democracias. Su relato no se circunscribió a lo político, fue un descubridor fundamental de la gran narrativa latinoamericana del realismo mágico para el público alemán. Sus recensiones en el suplemento cultural del FAZ hicieron de él un referente para el mundo iberoamericano equivalente a Marcel Reich-Ranicki, autoridad indiscutida de la crítica literaria en Alemania.
Guardo con afecto el recuerdo del homenaje el Goethe Institut organizado por Margareta Hauschil que le dedicamos un grupo de amigos en su 75 cumpleaños. Felipe González, Miguel Angel Aguilar y Carsten Moser, entre otros, pudimos expresarle nuestra admiración y nuestra amistad. Con su hijo Miguel, destacado europeísta, continúo su tarea de tender puentes de comprensión y solidaridad entre europeos en un destino común.