Ovarios sobre ruedas

Ovarios sobre ruedas

Para toda mujer, tenga la edad que tenga, ir al ginecólogo es un auténtico coñazo (nunca mejor dicho), pero es señal de que estamos en este mundo; en otro dudo que lo haya. Pero para una que tiene movilidad reducida física (silla de ruedas), lo es todavía más. Por eso hay realidades que producen verdadera rabia e impotencia.

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Ilustración: Valentina Meli (Omonimo)

La no-accesibilidad a personas en silla de ruedas es jodida, da rabia e impotencia. Pero hay circunstancias en las que te echas a llorar.... Es escandaloso, pero mucho mucho. Estamos acostumbrados a que nuestros derechos se vean mermados, pero ¿¿tantas barreras??

Para toda mujer, tenga la edad que tenga, ir al ginecólogo es un auténtico coñazo (nunca mejor dicho), pero es señal de que estamos en este mundo; en otro dudo que lo haya. Pero para una que tiene movilidad reducida física (silla de ruedas), lo es todavía más. "Un 96% de mujeres con discapacidad reconoce no haber ido nunca a una consulta ginecológica", y este escandaloso dato va mucho más allá de la idea de que las personas con discapacidad (alta, tanto física y metal) somos seres asexuados (Alguien a quien amar; Gabrielle); se produce por por la falta de accesibilidad y adaptación.

Ya no hablo de las consultas privadas que, al fin y al cabo, son centros particulares y pueden hacer lo que quieran y excluir o negarse a atender a quien quieran; hablemos de la Sanidad Pública, la de la Seguridad Social, la que se paga todos los meses, con derecho a revisiones ginecológicas dignas y sin barreras, ni físicas ni psicológicas.

Según dice Servimedia, "estas mujeres han permanecido, casi en su totalidad, sin posibilidad de consulta o tratamiento ginecológico, tanto por no encontrar instalaciones adecuadas a sus características como por problemas asociados a su tipo de discapacidad". Siendo así, ¿cuántas miles de mujeres habrán desarrollado y fallecido por cáncer de mama o útero por no hacerse las revisiones anuales? Porque la detección temprana te salva la vida.

Según el blog de la Fundación Montemadrid, "una camilla de exploraciones especial, con un diseño accesible, que facilita totalmente la exploración a mujeres con limitaciones de movilidad. El espacio físico necesario es más amplio. [...] Siempre que sea necesario, las pacientes contarán con la ayuda de dos celadoras y una grúa que facilite las transferencias" ¿Por qué no vemos todo esto como una inversión, en lugar de como un gasto? Es algo realmente urgente y necesario. Y se puede; que nadie diga que es imposible que una exploración ginecológica sea accesible a unos ovarios en silla de ruedas.

Andalucía ya tiene ocho centros de Ginecología Adaptada, 'La Paz' de Madrid también...; y en Valencia, ¿para cuándo? Aquí somos muchas las personas que necesitamos que nos abran de piernas.

Este post fue publicado inicialmente en el blog de la autora