Que el timón de tu vida sea la elección y no la inercia
Piensa por qué crees aquello en lo que crees, por qué le das un tercio de tu vida a este trabajo y a este jefe, por qué aprendes lo que estás aprendiendo, por qué vives en el lugar en el que vives, por qué sales con los amigos que sales. En una frase, por qué te has levantado hoy por la mañana para hacer lo que hoy has hecho.
Permíteme lanzar una pregunta al aire un tanto provocadora: Si nadie dejaría a la sociedad conducir su coche, ¿por qué dejarla que guíe su mente?
La mayor parte de la gente nunca llega a conducir.
Es pasajera en los coches de otros.
La mayor parte de las decisiones de las personas no están tomadas por ellas. Vienen decididas de antemano. Son prototipos sociales a los que la gente se adhiere. Unos en mayor y otros en menor medida acabamos casándonos cuando la sociedad espera que nos casemos, estudiando lo que los expertos dicen que tendrá mayor salida, ejerciendo en lo que la tradición familiar impone, o viajando a los que nos dicen que son los mejores destinos turísticos.
Una parte de estas decisiones es bueno que sean enlatadas. No sería sostenible que cada miembro de la sociedad cuestionara cada una de las decisiones que son tomadas. Pero en general existe un exceso de complacencia que hace que en lugar de elegir nuestros objetivos, gravitemos hacia ellos. Esto es un problema ,porque el éxito no está en la inercia, sino en la elección. Creo que efectivamente no tiene nada de malo dejarse llevar de cierta manera cuando se trata de decisiones pequeñas, pero en las grandes, en las que conducen al éxito,
no seas un pasajero más del tren social.
Sé el maquinista de tu propio tren.
Piensa por qué crees aquello en lo que crees, por qué le das un tercio de tu vida a este trabajo y a este jefe, por qué aprendes lo que estás aprendiendo, por qué vives en el lugar en el que vives, por qué sales con los amigos que sales. En una frase, por qué te has levantado hoy por la mañana para hacer lo que hoy has hecho.
Mi hermana Paula, sin quererlo, me enseñó la importancia de este Peldaño cuando decidió dejar un jugoso puesto en banca para dar vida a Elsavadeboda junto a nuestra otra hermana, Carla. Era el sueño de toda una vida el de crear un concepto de tienda de moda que rompiera moldes y estándares, que vistiera a sus clientas de los pies a la cabeza en lugar de tan sólo una parte de su cuerpo. El cambio suponía dejar lo convencional para abrazar lo pasional, rechazar lo esperado por otros para elegir lo deseado por ellas, y el mercado recompensó esa pasión con un enorme éxito. Permanecer en la ruta convencional hubiera supuesto un inmenso desaprovechamiento tanto para ellas como para los miles de clientes que se alegran de que Elsavadeboda exista.
Ser el verdadero autor de la historia de nuestras
vidas, trazar nuestros propios senderos en lugar de caminar los trazados por otros, pintar nuestros propios cuadros rechazando las plantillas, poder desafiar la inercia y volar constituye la más bonita de las libertades. Y la más desaprovechada.
Si el médico, al tenernos en brazos justo después de nacer, pudiera grabar un mensaje en nuestras mentes, dado por nuestras madres, para que nos acompañe el resto de nuestras vidas, ésta es la frase que todas las madres elegirían:
«Hoy te doy tu vida. Éste es mi regalo para ti. Por favor, acéptalo y no permitas que nadie lo viva por ti.»