Me tocó ser la número 9
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Me tocó ser la número 9

Al principio de esta enfermedad todo es un caos, y obviamente se te pasa por la cabeza que tu vida está al límite. Pero yo preferí quedarme con las primeras palabras de mi médico, cuando le pregunté directamente qué me iba a pasar, y él me dijo: "Ainara, va a ser un año de tratamiento muy duro, pero de ésta sales. Todavía te queda mucha guerra por dar".

1...2...3...4...5...6...7...8...y 9. Me tocó ser la número 9.

El contador virtual de luchadoras de lazo rosa me eligió para que yo fuese ese número 9. Dicen que 1 de cada 8 mujeres en España desarrollarán un cáncer de pecho a lo largo de su vida y a mí me ha tocado vivirlo de joven... y sí, he dicho VIVIRLO. Porque se trata de eso, de superarlo para poder seguir VIVIENDO.

Por cierto, me presento: soy Ainara. Quizá algunos conozcáis mi historia, porque en mi enfermedad he encontrado un gran compañero de viaje que me ha traído muchas alegrías: mi blog. Sí, sí... también he dicho ALEGRÍAS. Porque he encontrado muchas razones para sonreír en este camino. Parece increíble, ¿no? Pero es que los enfermos de cáncer también podemos reír, pasárnoslo bien, e incluso soñar con el futuro que nos espera. Porque yo sé que no soy inmortal, y de hecho he tenido serias conversaciones con ése que pone la fecha de caducidad a las personas, y le he convencido para que me deje estar por aquí otro ratito más. Todavía tengo muchas cosas por hacer. Y, como parece que de momento me ha dado una prórroga, la voy a aprovechar al máximo.

Al principio de esta enfermedad todo es un caos, y obviamente se te pasa por la cabeza que tu vida está al límite. Pero yo preferí quedarme con las primeras palabras de mi médico, cuando le pregunté directamente qué me iba a pasar, y él me dijo: "Ainara, va a ser un año de tratamiento muy duro, pero de ésta sales. Todavía te queda mucha guerra por dar".

Me acuerdo de pensar que en mi vida ya había llorado lo suficiente, y que ahora me tocaba hacerme la valiente. Me iba a aferrar a esa esperanza que mi médico me dio desde el principio.

Las enfermas de cáncer necesitamos saber que todo puede ir bien, a pesar de que lo pasemos mal, y de que nuestro cuerpo luche su batalla más feroz. Necesitamos saber y sentir que hay un rayito de esperanza y que podemos salir adelante. Yo soy la prueba de ello. Soy una superviviente de cáncer.

He pasado por el infierno, he luchado con la fuerza de mi familia cuando a mí ya no me quedaba, me he tenido que esforzar para volver a recuperar mi vida, pero con la ayuda de mis médicos y enfermeras... YO VENCÍ AL CANCER.

Soy consciente de lo afortunada que soy, porque el cáncer te cambia la vida sin pedirte permiso, te pone a prueba tus límites, te quita el pelo, te llena de cicatrices, te hace sentirte sin fuerzas... Y tristemente, muchas compañeras no ganan la dura batalla.

Sin embargo, yo me quiero quedar con lo aprendido por el camino. Lo malo ya lo pasé, y ahora tengo muchos sueños por cumplir. Porque mis sueños es algo que el cáncer nunca me pudo, ni me podrá robar.

El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres occidentales. En España se diagnostican alrededor de 22.000 nuevos cánceres de mama al año. La mamografía periódica y los avances en los tratamientos permiten tasas de curación del 90%