'Home', para la Compañía Nacional de Danza
Al igual que muchos bailarines en este país, yo también tuve que abandonar mi casa para poder dedicarme a aquello que deseaba; y acabé viviendo en diferentes lugares o experimentando mi vida como una gira interminable atada a una maleta... Creo que por ello empecé a pensar en el concepto de hogar.
"La casa de la bella Chelito es una pequeña joya". Es lo primero que pensamos cuando fuimos a conocer este pequeño espacio, en la calle Huertas de Madrid. Sus maravillosos dueños José Martret y Alberto Puraenvidia han hecho de la conocida Pensión de las Pulgas un espacio para recordar. Decorado en cada detalle, organizado con carisma y mucho amor, está pensado para crear una atmósfera casi indestructible.
Así que cuando José Carlos Martínez, director de la Compañía Nacional de Danza, en su genial intento de acercar la danza a todos los públicos posibles, nos propone crear algo para este espacio, el comienzo está claro: queremos hacer algo que explote la esencia de este increíble lugar.
Al igual que muchos bailarines en este país, yo también tuve que abandonar mi casa para poder dedicarme a aquello que deseaba; y acabé viviendo en diferentes lugares o experimentando mi vida como una gira interminable atada a una maleta... Creo que por ello empecé a pensar en el concepto de hogar.
En mi pequeño saber, los hogares no son sólo las casas donde llegamos, dormimos, comemos, estamos..., sino que son espacios en los que vamos encontrando elementos vitales que conformarán nuestras vidas; y que pueden ser tan dispares como una persona, un objeto o un acto cotidiano aparentemente aburrido. Pero que al fin y al cabo comparten una misma idea, son momentos en que nos permitimos ser.
Así que la casa de la bella Chelito era un regalo bajado del cielo. Su atmósfera fílmica, la realidad de sus paredes, en oposición a la caja escénica a la que estamos habituados, nos permitía crear un ambiente de verdad, a la vez que mantener lo metafórico que siempre trae consigo la teatralidad.
Tampoco los personajes de Home debían de ser al uso, sino que nos contarían sus historias de todos los días, dejándonos fisgonear en su hogares para convertir a los espectadores por 50 minutos, en voyeurs de pequeños instantes de sus vidas.
Las complejidades todas. Las habitaciones son pequeñas para poder bailar decían, el suelo no es el adecuado y por supuesto, la agenda de la Compañía Nacional, a la que pertenecemos todos los intérpretes de esta pieza, estaba tan completa que nos quedaba poco tiempo para poder crearlo. Por ello, utilizamos piezas que algunos de los bailarines tenían ya en su repertorio y las adaptamos a las necesidades que nos planteaba este lugar surrealista que deseábamos construir para Home.
Yellow Place, de Antonio de Rosa y Mattia Russo era un paso a dos maravilloso creado para Kor'sia y presentado en el Certamen Coreográfico de Madrid. Francine, la muñeca rota de Mar Aguiló, es un solo creado por ella misma, para la pasada Expo de Milán. La escena del sofá originalmente era un paso a dos creado por Lucio Vidal y Agnès López para la Compañía Nacional de Danza.
Estas tres piezas y cuatro escenas más debían de conformar la atmósfera que ya era Home en nuestras cabezas. Así, la poupée se convierte en el fantasmagórico espectro que todas las casas deben de tener; los chicos de amarillo se pasean con Javier Solís con su carrito de la compra por los pasillos de las Pulgas, o el paso a dos que nos habla de una indecisa pareja se remetaforiza con un hombre recordándose un (al gusto) futuro, deseado, o recordado embarazo; mientras, un jarrón se transforma en el estribillo que nos habla de que, al fin y al cabo, lo bello parece ser lo único que da sentido a nuestras vidas.
Pero en realidad, lo más especial de Home, para nosotros, viene dado por la expulsión de la danza de ese espacio sacro que es la caja escénica. Desnudarla del envoltorio de la distancia, de la amplitud de los espacios, de los focos, de la grandiosidad, y convertirla en algo tangible de a un palmo. Permitiendo a los espectadores y los intérpretes de una manera recíproca; escucharse, sentirse, casi tocarse... Haciendo que la única posible vía de acceso a este paseo por la casa de Huertas sea la sinceridad con la que contemos o veamos estas historias, porque indiscutiblemente, en Home, lo único que no se puede es mentir.
HOME from COMPAÑIA NACIONAL DE DANZA on Vimeo.