En el taller de los sueños de Lorenzo Caprile
El modisto, que recibe la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, reflexiona sobre su trayectoria, habla de sus planes de futuro y de su nuevo programa en TVE.
Dos vestidos de novia dan la bienvenida al taller de Lorenzo Caprile en el madrileño Barrio de Salamanca. El sol invade todos los rincones de su espacio de trabajo, y su pequeño despacho está plagado de fotografías y anotaciones. Es un día más para el modisto, que recibe el próximo martes en Málaga la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes por sus más de veinticinco años de trayectoria profesional.
Confiesa que no está nervioso y que el reconocimiento no es sólo para él, sino también para su taller. "Aquí se comparte todo", explica Caprile durante una entrevista con El HuffPost. Describe este taller "como una familia", que el pasado año vivió una gran renovación tras la jubilación de la última costurera de su primer equipo original.
De estas paredes han salido vestidos para actrices, princesas y novias, cada uno diferente y único gracias a ese componente mágico de la alta costura. Caprile, que se formó en Italia y Estados Unidos, cuenta que cada encargo se afronta de una manera distinta, y que en su taller "todo es muy anárquico". Es incapaz de decidirse por una de sus creaciones, pero recuerda con especial cariño su primer traje de novia en 1993. "Fue el de Carla Royo-Vilanova, que fue muy mediático. Éramos muy jóvenes los dos y supuso toda una aventura. Podía haber salido fatal y al final salió bien".
El diseño de Caprile fue el protagonista inesperado del enlace y revolucionó los patrones de la moda nupcial en España, gracias al corpiño en la parte superior del vestido. Aquel encargo fue todo un éxito, pero el modisto reconoce que su carrera también ha tenido malos momentos que le han servido para mejorar. "Te acuerdas de lo que sale mal, y ahí es cuando aprendes", explica desde su despacho.
Su caso es una rareza en una industria como la de la moda, en la que cada vez se impone más la inmediatez y el llamado see-now, buy-now. Esto es comprar una prenda justo después de verla en una pasarela. Al preguntarle cómo ha conseguido mantener un taller a la antigua usanza responde tajante: "Eso mismo me pregunto yo todos los días".
"Se consigue con mucho esfuerzo", explica el modisto. "Dejándose cosas por el camino, con muchas subidas y bajadas. Es una industria muy dura. Siempre digo a las nuevas generaciones que dar el bombazo, llamar la atención y ser la espuma del momento es relativamente fácil. Pero de la misma manera que es rápido subir, también es muy rápido bajar. Lo complicadísimo es mantenerse".
Lo ilustra muy bien con un símil que podría ser también una metáfora de su trayectoria. "Esto es una carrera de fondo, no son los 1.000 metros", destaca. Incide también en la dificultad añadida de sacar adelante un proyecto personal: "Al amparo de una gran marca es todo más sencillo". Y si las dificultades se multiplican, las alegrías, como es el caso de esta medalla, también. "Eso sí que es un orgullo", sonríe Caprile, que afirma que este último reconocimiento a su carrera es "muy satisfactorio".
Gran parte de los méritos para conseguir este galardón vienen por su trabajo como figurinista. El propio Caprile lo tiene claro y defiende que "la moda no es un arte en absoluto, es una industria". Desde que debutara en el Festival de Teatro Clásico de Almagro hace doce años, ha participado regularmente en producciones teatrales como Ricardo III y también se ha adentrado en el ballet diseñando los trajes de Joyas para la Ópera de Berlín con la dirección de Nacho Duato.
De esta faceta que el considera "muy enriquecedora y estimulante", destaca el hecho de que todo reside en el texto y en los gustos y la visión del espectáculo del director. "Ahí no eres el protagonista, eres una herramienta más", explica el modisto, que también resalta entre risas que los actores son "seres humanos y quieren verse guapos".
Sobre qué le gustaría diseñar en un futuro admite que prácticamente cualquier cosa, aunque él se califica "de la antigua usanza" y a día de hoy en muchos montajes prima el minimalismo. "Puede estar muy bien para algunos montajes, pero para otros...", comenta Caprile. "Me gustaría montar cualquier cosa siempre y cuando te puedas lucir, para vestirlos con una camiseta y un vaquero me quedo en mi casa", afirma entre risas.
El teatro lo conoce bien, no tanto la pequeña pantalla, donde debuta esta año. Caprile formará parte del jurado de Maestros de la costura, el nuevo programa de Televisión Española que busca mostrar lo que hay detrás del mundo de la moda. "Es verle las tripas a la industria", explica el modisto, que asegura que a nivel personal "empezaría mañana mismo otra vez".
Caprile ha adelantado que podremos ver "mucho trabajo y esfuerzo", además de historias de superación de los concursantes. "Crear este tipo de iconos que hacen soñar forma parte de nuestra profesión. Aquí veremos que no crecen de los árboles", explica el el modisto sobre la labor de costura detrás de las prendas que vemos en escaparates, pasarelas o revistas.
"Es una gran reivindicación de esos oficios maravillosos que hay detrás en el mundo de la moda", comenta Caprile que considera que es importante que se dedique un espacio a esta industria en la televisión. "Siempre se ve lo que las marcas queremos que vea el público; pero como se cose, se corta, se ensambla, las prisas... Eso nunca se ha visto".
Esos oficios que hacen posibles las prendas que vestimos se cuelan cada día en nuestros hogares aunque no nos demos cuenta. "Detrás de ese pantalón o esa camiseta que te pones sin pensar hay muchos puestos de trabajo que dependen de ese gesto tan cotidiano", declara Caprile.
En Maestros de la costura compartirá las tareas de jurado con dos grandes nombres del panorama actual: Maria Escoté y Alejandro Gómez Palomo, creador de la firma Palomo Spain. Para ambos no tiene más que buenas palabras y les augura un futuro prometedor. "Lo que ha logrado Palomo es maravilloso, único y precioso", comenta sobre el diseñador cordobés, mientras que de Escoté alaba su capacidad para gestionarse y adaptarse al ritmo actual de la moda. "Ha sido pionera en muchas cosas en España", destaca.
Pese a su larga y prolífica carrera, Lorenzo Caprile sigue en busca de retos y confía en que el oficio de la alta costura seguirá teniendo su lugar en la moda. "Quieres sentirte especial y única, lo han hecho para ti, lo has escogido y quieres tener eso que llaman ahora la experiencia de compra", comenta sobre el trabajo que desempeña cada día. A corto plazo le gustaría dar un cambio a su taller, pero espera a que su imaginación le susurre nuevas aventuras porque, como explica con sus propias palabras: "El día que hayas cumplido todos tus sueños ya estás bajo tierra".