Qué es La Caja de Pandora, el movimiento contra los abusos sexuales en la cultura española
El colectivo formado por más de 3.000 mujeres busca denunciar las situaciones a las que "se han visto sometidas".
Las reivindicaciones contra el acoso sexual dentro de la industria cultural también han llegado a España. Más de 3.000 mujeres se han presentado públicamente este lunes 29 de enero en Madrid bajo el nombre La Caja de Pandora, un colectivo "organizado y en lucha" que busca denunciar los casos de abuso sexual en el mundo de la cultura. Este movimiento, que comenzó en julio de 2017, se encuentra, según han comunicado, reuniendo experiencias y testimonios de "manera íntima", con el objetivo de sacar más casos a la luz y denunciar los abusos sexuales "a los que se han visto sometidas" sus integrantes.
El movimiento se ha hecho público a través de la lectura de un manifiesto ante los medios que ha tenido lugar simultáneamente a las puertas del Museo Reina Sofía en Madrid y de la Tate Modern en Londres (Reino Unido). Sin embargo, el grupo se constituyó el pasado julio como plataforma de apoyo a la artista Carmen Tomé, quien denunció de manera pública haber sufrido un abuso sexual por parte de Javier Duero durante el programa de Residencias A Quemarropa en Alicante.
Aunque se desvinculan del movimiento #MeToo, se trata del primer colectivo en España creado específicamente para perseguir y acabar con los abusos sexuales en el mundo cultural. A pesar de las similitudes, la metodología que llevan a cabo difiere de la del movimiento inicial originado en octubre de 2017 contra el productor Harvey Weinstein, ya que se trata de una organización que con una estructura específica para "luchar" contra las agresiones, y no de denuncias espontáneas publicadas en la redes sociales.
"Estamos aquí para abrir La Caja de Pandora públicamente y mostrar nuestro apoyo a Carmen Tomé y a todas las Carmen Tomé que ha habido y que desgraciadamente hay. Nosotras sí os creemos", han recogido en el manifiesto, leído por una de las integrantes del grupo, que ha matizado que no "va a desvelar su nombre" puesto que "se encuentra en medio de un juicio".
Según el texto, el caso de Tomé sirve de referente para otros muchos dentro de la industria cultural por tres motivos: "por ser él un hombre y ella una mujer en una sociedad marcada por la desigualdad", "porque él ejercía una figura de autoridad", y por último, "porque representa una figura de poder dentro del mundo del arte".
"Revindicaremos tanto nuestra voz, como nuestra legitimidad para señalar las agresiones a las que nos vemos sometidas y a las instituciones que las silencian y las permiten", han sentenciado. "Asimismo, exigimos que se nos reconozca en todos los aspectos de la vida y en el ámbito artístico y cultural. No permitimos seguir siendo invisibilizadas o ninguneadas por nadie, absolutamente nadie".
"Una vez más se pone de manifiesto cómo las estructuras de poder se aprovechan de los privilegios que los hombres ostentan; de la privacidad de los espacios donde generan sus agresiones, que repliegan a la mujer a un espacio de indefensión e inseguridad", han denunciado.
También han recordado que judicialmente las agresiones cometidas en un ámbito privado suelen archivarse por la dificultad que existe para que la víctima presente las pruebas necesarias dejándola "en una situación imposible ya que será su palabra contra la de su agresor". Por ello, han reclamado a las instituciones el establecimiento de protocolos, pactos y consensos necesarios para salvaguardar "la vida de estas mujeres" y facilitar así que ésta "pueda desarrollarse con dignidad y libertad" haciendo frente a "la violencia machista".
Por el momento, La Caja de Pandora funciona "como un espacio de sororidad y hermanamiento entre mujeres" que busca arropar y darse apoyo mutuo, con el objetivo de "tejer redes" que les recuerden "que no están solas".
Esa solidaridad ha sido clave en las redes sociales, donde han sido muchas las mujeres del mundo de la cultura que han publicado tuits de apoyo al movimiento.
Asimismo, las pandoras han señalado quehan tendido la mano a "todas las mujeres e identidades diversas" para que cuenten "con su apoyo". "Para seguir sumando y que sepamos que no estamos solas. No lo estábamos, ahora lo sabemos y ya no lo vamos a volver a olvidar", han recalcado.
A través del anonimato y sin un organigrama establecido, las pandoras han indicado que no van a conceder entrevistas y que sólo van a contestar a las preguntas de la prensa a través de un correo electrónico, con el fin de establecer respuestas comunes elaboradas por todas las integrantes del colectivo
Por último, las artistas se han dirigido también a los hombres, quienes, a su juicio, "siguen siendo los líderes en el mundo cultural y artístico". "Estos hombres agresores, que hacen uso de sus privilegios, tampoco deberían olvidarlo. Si tocan a una, nos tocan a todas", han concluido.