Islandia, el primer país del mundo que ilegaliza la brecha salarial de género
Las mujeres islandesas cobran de media entre un 14% y un 18% menos que los hombres.
Islandia acaba de aprobar una nueva ley que impide que los hombres cobren más que las mujeres, convirtiéndose así en el primer país del mundo que pone en práctica esta medida. Su primera ministra, Katrin Jakobsdottir, es una firme defensora de la igualdad hombre-mujer.
La nueva ley, que ha entrado en vigor el 1 de enero, exige a los empleadores del sector público y privado con más de 25 trabajadores que obtengan unos certificados gubernamentales para garantizar el cumplimiento de las políticas de igualdad salarial. De lo contrario, se enfrentarán a severas multas y auditorías.
Dagny Osk Aradottir Pind, directiva de la Asociación para los Derechos de las Mujeres Islandesas, explicó a Al Jazeera: "Esta nueva ley es un mecanismo para que las empresas y organizaciones públicas valoren cada trabajo que se está llevando a cabo y puedan obtener un certificado tras el proceso para confirmar que pagan de forma igualitaria a hombres y mujeres".
Islandia, que tiene una población aproximada de 330.000 personas y cuyo Parlamento tiene un 38% de representación femenina, pretende seguir progresando hasta erradicar la brecha salarial entre hombres y mujeres para el 2022.
"Durante décadas hemos estado bajo una legislación que decía que las mujeres deberíamos cobrar lo mismo que los hombres, pero pese a eso seguía habiendo una brecha salarial", añade Aradottir Pind.
El Foro Económico Mundial concedió a Islandia en 2015 el primer puesto en el Índice Global de la Brecha de Género, seguido por Noruega, Finlandia y Suecia. Y, aun así, las mujeres islandesas siguen cobrando de media entre un 14% y un 18% menos que los hombres. En 2017, España se quedó en el puesto 29 de 144 países.
El Foro Económico Mundial denunció el año pasado una brecha económica del 58% entre hombres y mujeres y pronosticó que, al ritmo actual, las mujeres tendrán que esperar todavía 217 años hasta que se alcance la paridad salarial y de representación en los puestos de trabajo.
"Islandia está clasificada por el Foro Económico Mundial como uno de los países con más igualdad entre géneros. Ahora tiene una nueva ley que ilegaliza que las mujeres cobren menos que los hombres. Claramente, Islandia se toma muy en serio la igualdad de género", escribió la ex primera ministra de Nueva Zelanda Helen Clark en Twitter.
"Esta nueva ley de Islandia puede ayudar a cambiar ciertas actitudes hacia las mujeres en las empresas, así como en política, e inspirar a otros países a hacer lo mismo", afirmó Virginie Le Masson, investigadora en el Overseas Development Institute de Londres.
"Los datos demuestran que las mujeres trabajan tanto como los hombres y se les sigue pagando menos", añade.
El senador estadounidense Bernie Sanders, una de las voces más liberales de esta Cámara, animó a que Estados Unidos siguiera el ejemplo de Islandia.
"Debemos seguir el ejemplo de nuestros hermanos y hermanas de Islandia y exigir ahora el mismo sueldo por el mismo trabajo, independientemente del sexo, la etnia, la sexualidad o la nacionalidad", escribió en su página de Facebook.
La noticia de esta nueva medida se anunció por primera vez el Día Internacional de la Mujer el pasado marzo.
Ese mes, el ministro de Igualdad y Asuntos Sociales Thorsteinn Viglundsson aseguró que había llegado "la hora de hacer algo radical sobre la cuestión".
"La igualdad de derechos es un derecho humano", dijo. "Tenemos que asegurarnos de que los hombres y las mujeres disfruten de las mismas oportunidades en el lugar de trabajo. Es nuestra responsabilidad tomar todas las medidas posibles para lograrlo".
El pasado octubre, miles de mujeres islandesas dejaron de trabajar a las 14:38 horas y se manifestaron ante el Parlamento para protestar contra la brecha salarial. Los grupos que luchan por los derechos de las mujeres calculan que, una vez pasada esa hora, las mujeres trabajan gratis cada día.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco y Marina Velasco Serrano.