Siete cosas que deberías saber si vas a practicar sexo anal por primera vez
No es tan inusual.
Puede que si tu abuela oye hablar de sexo anal se eche las manos a la cabeza, pero cada vez hay más parejas heterosexuales que lo incorporan a su vida amorosa.
Este cambio se debe, en parte, a que es muy habitual ver sexo anal en el porno, pero también a lo placentero que puede llegar a ser. De hecho, un estudio reveló que el 94% de las mujeres heterosexuales podían alcanzar el orgasmo durante el sexo anal (impresionante).
Por tanto, si te estás planteando probar una ruta diferente en la cama la próxima vez, estas son las siete cosas que deberías saber antes de nada:
Una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo. ¿O no? Quizá te sorprenda saber lo común que es el sexo anal en la comunidad heterosexual de Reino Unido. Aunque un estudio de 2015 sugería que una de cada tres mujeres había practicado sexo anal, hubo un segundo estudio —ligeramente posterior— que descubrió que la cifra había aumentado al 40% (y probablemente el porcentaje sea demasiado prudente).
La generación de Tinder tiene colgado el sambenito de la promiscuidad sexual, pero resulta que el sexo anal es más habitual entre parejas que entre desconocidos. Esta investigación señala que, mientras el sexo anal era igual de frecuente entre mujeres de todos los grupos raciales y orígenes étnicos, era más habitual entre las que estaban casadas o convivían con su pareja (el 20% de las participantes había practicado sexo anal en el último mes) que entre el grupo de mujeres solteras. Ya sabéis, chicos.
A pesar de que está aumentando la cantidad de personas que practican sexo anal, sigue sin ser comparable a lo que muestra el porno. En un estudio de 2010, los investigadores estudiaron las 50 películas de porno más populares y descubrieron 356 escenas de sexo anal, en el 55% de los casos entre parejas heterosexuales. De acuerdo con Pornhub, las búsquedas sobre sexo anal han aumentado un 120% entre 2009 y 2015.
Cuando Gwyneth Paltrow entrevistó al psicoanalista y experto en sexología Paul Joannides y le preguntó sobre los entresijos del sexo anal para su web Goop, él hizo mucho hincapié en la importancia de entrenar los músculos del esfínter para relajarlos y facilitar la penetración. Esto se debe a que los músculos "tienen un reflejo automático si los aprietas desde fuera". Además, no conviene escatimar en lubricante, ya que el ano no lubrica de forma natural igual que la vagina. El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) recomienda usar un lubricante a base de agua, que se vende en farmacias.
Un estudio publicado en la revista médicaBMJ Open trató de ahondar en los motivos por los que los hombres y las mujeres heterosexuales practican sexo anal, y descubrieron que sus razones eran diferentes. Mientras que los hombres solían recurrir al sexo anal por placer y por la hazaña sexual como macho, las mujeres mencionaban el miedo al dolor físico y a la mala reputación, y decían hacerlo por dar placer a su pareja. Qué decepción.
Según el NHS, el sexo anal con penetración conlleva un mayor riesgo de trasmitir una ETS que otros muchos tipos de actividad sexual. Esto es así porque el revestimiento del ano es muy fino y se puede dañar fácilmente, lo cual lo hace más vulnerable para una infección. Aunque no puedes quedarte embarazada por sexo anal, asegúrate de usar condones para protegerte a ti y a tu pareja.
Con el renombre y la fama que preceden a la Universidad de Harvard, que no te sorprenda descubrir que ofrecen una clase magistral sobre sexo anal en la semana anual de sexo que organizan los estudiantes. En la clase se toca una amplia variedad de temas, que van desde la anatomía sexual a la conversación que puedes mantener con tu pareja, pasando por la preparación y la higiene. ¿Dónde hay que firmar?
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' EEUU y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano