12 cosas que deberías saber si tu pareja padece depresión crónica
No son un caso perdido.
Cuando padeces depresión crónica, el mundo parece estar cuesta arriba, incluso las relaciones. Los expertos aseguran que esta enfermedad no siempre es fácil de percibir, ya que aquellos que la padecen suelen ocultarla bien y les cuesta hablar del tema. Por ello, no es extraño que su pareja lo pase por alto.
Los síntomas generales son parecidos a los de la depresión común, como la irritabilidad y una gran tristeza, pero mucha gente no los sabe identificar. Afortunadamente, el conocimiento es poder y cada vez hay una mayor visibilización y educación sobre esta enfermedad para ayudar a quienes la padecen y a su entorno a entenderla mejor.
En un mundo en el que solo el 25% de quienes sufren enfermedades mentales perciben la empatía de los demás, un poco de compasión puede marcar la diferencia. Descubre a continuación 12 verdades sobre la depresión crónica contadas por quienes la padecen:
Lindsey Diamond: "Ojalá mi prometido entendiera que algunos días no puedo 'apagar' mi depresión. No puedo levantarme de la cama con tanta energía y afrontar el día como hace él. Me cuesta un enorme esfuerzo animarme".
Theresa Allen: "Puedo parecer feliz e incluso estar bromeando, pero cuando llego a casa, se me cae el disfraz y no funciono para nada más que para mis necesidades básicas. Todo me resulta difícil".
Samra Suleman: "Me gustaría que dejaran de insistir en que vaya a todas y cada una de las fiestas que organizan; tienen que entender que también quiero mi tiempo para estar sola".
Katherine Deubner: "En mi caso, tengo que mantener la mente ocupada a todas horas. La clave está en distraerme sin descanso con otros asuntos y agotar la mente para que los pensamientos negativos no aparezcan en cuanto me tumbo para dormir".
Sandra Ringle: "Me gustaría que mi pareja entendiera que cuando estoy más baja de autoestima no es culpa de nadie. A veces simplemente estoy triste, a veces solo quiero tumbarme un rato y a veces solo necesito que haga las tareas de casa de las que normalmente me encargo yo".
Beranger LeFranc: "Ojalá mi pareja supiera que muy pocas veces (o ninguna) hay una causa para mis estados de ánimo. No tengo una respuesta concreta para la pregunta '¿qué te pasa?".
Michael Aldieri: "Es básicamente una discusión entre el corazón y el cerebro. Cuando el corazón me hace llorar, el cerebro me pregunta: '¿Qué demonios te pasa? ¿No te das cuenta de lo maravillosa que es tu vida?'. Entonces, el corazón responde: 'Como no lo resuelvas tú, vamos a morir los dos'. Y eso es lo que siento cuando me encuentro, sin un motivo concreto, derrumbándome emocionalmente".
Liv Kerr: "Ojalá pudiera hacerle entender que no quiero dejarlo fuera de mi vida: es que no soy capaz de dejarle entrar".
Sandra Ringle: "A veces solo necesito que me abrace y luego me deje un tiempo para estar sola. Me siento como si estuviera sumergida y no pudiera llenar de aire los pulmones".
Emily Maia: "Me gustaría que mi pareja entendiera el poco control que tengo sobre mi depresión. Puedo hacer cualquier cosa correctamente: comer, cuidarme, hacer ejercicio, centrar la mente con el yoga..., pero basta un chispazo de la depresión para deshacer todos los avances".
Emily Thomas: "Aunque es el hombre más maravilloso que he conocido en mi vida, hay un trozo de mí que está roto y él no puede hacer nada. Puede hacerme sonreír a diario, pero en cuanto mi interruptor mental cambia de posición, me cuesta un mundo ponerle freno a la depresión y a la ansiedad".
Avarie Downs: "Ojalá supiera lo abrumada que me siento cuando me embarga la depresión... y lo mucho que me calmaría que me diera un abrazo en vez de hacerme el vacío porque no entiende lo que me pasa. Ni las mejores palabras de consuelo animan más que un poco de apoyo real".
¿Cuál es la moraleja?: Nunca des por perdidos a quienes padecen depresión crónica. Tu cariño lo es todo para ellos.
Algunas respuestas han sido ligeramente editadas o resumidas para facilitar su comprensión.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.