Los profesores también vuelven al cole: sus anécdotas y vivencias
13 docentes cuentan qué sienten, qué trucos emplean y qué historias han vivido en los primeros días de curso.
El timbre suena para todos. Tanto para los miles de niños y adolescentes que en estos días regresan a las aulas como para todos aquellos docentes que los capitanearán hasta final de curso. Retomar el contacto con los alumnos es sólo la cara visible de todo lo que supone para los profesores el inicio del año académico: muchas reuniones, horas de preparación y algo de nervios forman parte de la ecuación.
Aunque a priori algunos puedan resoplar al imaginarse así el primer día...
Muchos se sienten más bien ilusionados y motivados ante la idea de volver a clase...
¿Cómo es para los profesores la vuelta al cole? ¿Cómo se preparan y enfrentan al primer día lectivo? 13 docentes de Primaria y Secundaria en diferentes lugares de España nos han contado qué supone para ellos y qué anécdotas han vivido en esta fecha tan señalada en el calendario escolar.
"Tengo ganas de que llegue el día ya que, aunque conozco a la mayoría de los alumnos, este año va a ser diferente: voy a ser su tutor y eso es una responsabilidad muy grande. Implica una relación distinta, más cercana a todos.
Un principio de curso llegó una niña de 1º de Primaria y, mientras yo me presentaba, se levantó y con mucho desparpajo me preguntó si me quedaba mucho por decir, que ella tenía mucha prisa por llegar a la universidad, no podía perder el tiempo. Sus padres le habían dicho que si no ibas a la universidad no tenías futuro y ella quería ser jefa de mayor".
Pablo Catalá, profesor de Primaria en Valencia.
"Vivo la vuelta al cole con mucha ilusión. Para mí, las vacaciones de niños y profesores son demasiado largas. [...] Cada nuevo curso es un reto. Llevar al día a casi 30 alumnos, cada uno con su propia personalidad es una labor titánica.
Mi pequeño truco desde el primer día de curso es El Rey del Silencio. Lo copié y adapté a mi manera del tutor de prácticas. Consiste en que a final de cada semana hay un rey del silencio. Es el que, además de no interrumpir, se ha portado bien, ha hecho las tareas... Su premio son pequeños privilegios la semana siguiente. Todo eso motiva mucho a los demás a portarse bien".
Víctor Gómez, profesor de Primaria en Palma de Mallorca.
"Desde que era pequeña soñaba con ser maestra. Me pasaba horas y horas en mi habitación mirando a mis muñecos, todos sentados contra la pared y con una hoja delante en la que tenían que resolver una suma que yo misma completaba y luego corregía [...] Es una de las anécdotas que uso los primeros días en clase, cuando me presento, y mis alumnos se parten de risa y me lo recuerdan durante todo el curso.
Cuando empecé en otro colegio aquí en mi ciudad estaba muy nerviosa porque todo era nuevo para mí. Comenzaba siendo tutora en 5º de primaria. A punto de finalizar las clases se acercó una de mis alumnas a darme una hoja mientras decía: 'Es de parte de toda la clase, ¡pero léelo en tu casa!'. Obviamente, en cuanto me giré lo abrí y decía: 'Gracias por ser la que vas a ser nuestra tutora'. A pesar de la redundancia (soy la típica profe quisquillosa con la gramática y la ortografía), me emocioné muchísimo".
Almudena Díaz, profesora de Primaria en A Coruña.
"A pesar de lo que piense mucha gente yo creo que septiembre mola. A mí me hacen especialmente ilusión los cambios y las novedades. Pero como es cierto que nuestra profesión puede volverse algo rutinaria, me encanta ponerme retos nuevos. Este año me apetece por ejemplo llevar a cabo un TedKids que englobe a todos los coles de la zona donde imparto.
Mi truco o estrategia es tratar de vivir el inicio de curso con la máxima ilusión, la misma que cuando era alumna. Para ello tengo un pequeño ritual que consiste en comprarme material nuevo (libretas, bolis, maletín para el portátil). Recuerdo que de niña me alucinaba poder estrenar algo los primeros días, y todavía adoro el olor a libros nuevos. Por eso trato de recuperar ese aroma y esa sensación también en mi profesión".
Alba Alonso, profesora de Primaria en Vigo.
"A nadie le gusta acabar las vacaciones, pero realmente llevo ya unos días con el cosquilleo del nuevo curso. Además de reencontrarte con compañeros y alumnos, también conoces a muchos nuevos (trabajo en un colegio en el que muchos somos interinos).
Anécdotas hay miles, los más pequeños se creen que he pasado en el cole todas las vacaciones (se creen que somos como mobiliario), o los más mayores que se hacen los 'guay' diciendo que no tenían ganas de verte pero al final el abrazo que te dan indica que se alegran más de lo que dicen".
Silvia Nadal, profesora de Primaria en Torrevieja (Alicante).
"En estos días estamos de preparación, reuniones, programaciones. Hay mucho trabajo burocrático. Además, estamos constantemente formándonos y damos cursos tanto en junio como en septiembre. El contacto con los chicos es nuestro medio. Los chavales de 16-17 años te ponen a prueba, quieren ver por dónde respiras. El más lanzado intenta ponerte en un aprieto y tienes que tirar de mucha ironía.
Hace unos años el primer día se me plantaron un par de alumnos con gorras. Luego son muy inocentes... me quedé mirándolos y les dije: 'Hace mucho sol hoy' y se pusieron a mirar al techo como pensando: '¿Qué dice?'. Después se las quitaron".
Silvia Docampo, profesora de Bachillerato en Madrid.
"Mi primer encuentro en septiembre es con los alumnos suspensos que tienen que recuperar la asignatura, por lo que su actitud en esos momentos suele ser de bastante tensión.
Este inicio de curso es especial para mí porque me incorporo a mi primer destino definitivo como funcionaria de carrera. Por fin podré hacer planes de un curso para otro y podré involucrarme más en el funcionamiento del centro".
Elena Brasero, profesora de Secundaria y Bachillerato en Toledo.
"Tengo ganas de empezar, de ver cómo va el nuevo curso. En mi centro cambiamos casi todos los años de alumnos y es un cosquilleo ver qué te toca al volver. Me he preparado algo especial este año, las evaluaciones van a estar relacionadas con superhéroes (Marvel está de moda).
Todos los años hay quinielas de los padres sobre quién será el profe de sus hijos y un año hubo literalmente apuestas económicas... Y te pedían información en verano (nosotros no lo sabíamos). Fue muy gracioso".
Jorge Barcala, profesor de Primaria en Madrid.
"Siendo interino cada inicio de curso es una intriga y una emoción, a la vez que incertidumbre y algo de angustia. [...] Cada año, en el primer día suelo llevar algo para compartir con mis compañeros de cole (un bizcocho, galletas, bollos..) para que empecemos con una sonrisa y poder encarar ese nuevo comienzo con algo de sabor dulce.
El primer día siempre presento qué vamos a hacer ese año: una aventura de misterio, un proyecto basado en Monkey Island, una aventura de rol ambientada en el Orient Express...algo que les haga emocionarse y ver que vamos a trabajar mucho pero de manera diferente. El año pasado, que repetí cole, muchos lo primero que dijeron fue 'Guay, ha vuelto el teacher', lo que ya hace que te llenes de energía para todo el curso".
Óscar Recio, profesor de Primaria e Infantil en La Ará (Asturias).
"Me encanta esa sensación de volver a empezar, conocer alumnos nuevos, estrenar cositas de papelería, los nuevos retos...
El primer día soy muy clara con lo que quiero y en cómo van a ser las cosas. Es importante que todas las cartas estén sobre la mesa para que los alumnos sepan qué esperar y dónde están los límites".
Eulàlia Carbonell, profesora de Secundaria en Mallorca.
"Este año la vivo con mucha ilusión porque también por primera vez comenzaré el curso el día 1 de septiembre, ya que hasta ahora siempre me había incorporado con las clases ya iniciadas. Soy interina, con lo que me encontraba los grupos ya asignados y no tenía tiempo de planificar nada.
Tengo la suerte o la desgracia de no aparentar la edad que tengo, por lo que en los inicios era muy habitual que en los primeros días mis propios compañeros me confundieran con una alumna, sobre todo en centros donde se impartía FP y enseñanzas para adultos. Recuerdo que la primera vez que trabajé, con 25 años y en un centro grande con muchísimos profesores, al segundo día de estar allí una compañera estuvo a punto de echarme de la sala de profesores porque pensaba que era una alumna que se había colado allí".
Elena González, profesora de Secundaria en Jaén.
"Paso por los mismos nervios que pueden tener los alumnos cuando se acerca la fecha señalada. La televisión nos machaca con la vuelta al cole, la venta de libros de texto y los fascículos coleccionables... He de confesar que cuando voy por un centro comercial, esquivo los pasillos de lapiceros y mochilas. Al final caigo y termino comprando la agenda escolar y el cuaderno de notas del profesor. Los grupos de WhatsApp de profesores también hierven en los días previos con innumerables memes de diverso ingenio. Y lo sabes...
La realidad es que compañeros míos y muchos conocidos desde semanas antes están preparando las asignaturas, revisando los recursos a disposición e ingeniando nuevos métodos. Como los alumnos, tenemos hormigueo por saber las novedades con las que nos encontraremos en el claustro, las materias y cómo no, el grupo de alumnos con el que vamos a trabajar. ¿Serán más o menos guerreros que en el curso anterior? ¿Cómo le habrá ido el verano a fulanito, con el problema familiar que tenía?".
Rafa Altamirano, profesor de Secundaria y Bachillerato en Cádiz.
"Para prepararme mentalmente me voy dos días antes a un spa. [...] Algo que los alumnos no saben es que los profesores también nos ponemos nerviosos el primer día. Yo, la noche antes del inicio de clase, apenas duermo. Elijo un traje discreto y elegante, tacones altos y preparo un discurso para motivarles que memorizo y escenifico.
Intento memorizar todos sus nombres para captar mejor su atención. A veces apunto algún rasgo físico para ayudarme. Un año, anoté junto al nombre de un alumno un mote, el listillo. Olvidé aquello y les dije a los alumnos que firmaran junto a su nombre. Me morí de vergüenza cuando esté chico me dijo: ''¿Profesora, junto a mi nombre has escrito el listillo?''. Balbuceé que era porque era muy inteligente y cambié de tema rápidamente. Ahora soy más prudente. Lo sigo haciendo pero lo escribo en inglés".
María Ruiz, profesora de Secundaria y en un centro de adultos en Murcia.
Algunas de las respuestas han sido acortadas y editadas para una mejor lectura del artículo.