Podemos echar la culpa del cáncer a nuestro sistema inmune
Un estudio muestra la implicación de la familia de enzimas APOBEC3, encargada de combatir los virus, en las mutaciones genéticas de algunos tipos de cáncer.
Aunque tu sistema inmune está pensado para defender tu cuerpo de un ataque, podría realmente estar detrás de algunos tipos de cáncer (cervical, de cabeza, de cuello), que son provocados por el Virus del Papiloma Humano (VPH).
Los científicos saben que la mayoría de los cánceres son causados por factores externos, como la radiación ultravioleta o el humo del tabaco, que provocan mutaciones genética.
Pero hay una enorme cantidad de tipos de cáncer en los que todavía no hemos descubierto el origen de esas mutaciones, asegura Dohun Pyeon, de la Centro de Cáncer de la Universidad de Colorado.
Una nueva investigación ha estado investigando el papel de una familia específica de enzimas, APOBEC3, que normalmente ayudan al cuerpo en la lucha contra la infección desactivando el ADN del virus. Pero puede que este no sea siempre su papel.
En algunos tipos de cáncer, APOBEC3 puede "sobrepasarse" y modificar incluso tu ADN, provocando mutaciones y daño en el genoma que pueden provocar cáncer.
Pyeon lo explica: "La familia APOBEC3 puede explicar cómo se producen algunas de estas mutaciones. APOBEC3 puede ser activada de muchas maneras -no sólo por el Virus del Papiloma Humano-y su acción podría llevar a un porcentaje de mutaciones oncogénicas".
De hecho, los datos obtenidos por el equipo muestran un 40% de mutaciones provocadas por APOBEC3 en algunos tipos de cáncer asociados con el Virus del Papiloma Humano, pero sólo un 10% en esos mismos tipos de cáncer sin asociación con el Virus del Papiloma Humano.
"Nuestro estudio muestra que una parte importante de las mutaciones en los cáncer relacionados con el Virus del Papiloma Humano son potencialmente provocadas por una de las enzimas de la familia APOBEC3", explica Pyeon.
Esto significa, por otro lado, que esas enzimas no eliminan satisfactoriamente el Virus del Papiloma Humano, que se mantiene como una infección crónica. No sólo eso: dicho virus evoluciona y adapta su genoma para hacerle frente a APOBEC3.
Pyeon señala que, dado que APOBEC3 es una familia de enzimas, puede ser sometida a tratamientos pensados para detener su acción. Además, el equipo quiere desarrollar inmunoterapias contra los tumores que aprendan a identificar las células que deben eliminar.