Cómo podemos enfrentarnos de forma individual al cambio climático
Cuida tu salud, mejora tu economía y protege el medioambiente. Apuesta ganadora.
En ocasiones, el desafío del cambio climático parece tan enorme que nuestra respuesta natural es rendirnos y asumir que no podemos hacer nada para marcar la diferencia.
Sin embargo, la clave está en los detalles —cómo acudimos a trabajar, nuestra manera de viajar, lo que compramos y comemos, nuestra rutina doméstica...—, que tienen el potencial de inclinar la balanza hacia un lado u otro. Si escuchamos otras opiniones y ángulos, comenzaremos a cambiar nuestros hábitos de forma positiva.
Puede ser algo tan sencillo como acordarte de apagar la luz cuando dejas una habitación, bajar al termostato un par de grados o incluso pasar un día sin comer carne. Acciones que cuando las repites durante un período de meses y años, suponen un impacto en el medioambiente profundo y duradero.
Nuestro hogar es el lugar donde consumimos la mayoría de la energía y también donde podemos generar el mayor impacto para combatir el cambio climático. Podemos hacer cosas que todos conocemos como apagar las luces, no dejar la televisión en modo standby, cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes... Y la lista sigue y sigue.
¿Sabías que cuando haces la colada diaria, lavar la ropa en agua fría (30-40º) es tan efectivo como hacerlo en agua caliente? De hecho, podría ser mejor a la hora de preservar la ropa, manteniendo la textura y el color de la tela. Y lo que es más importante, debido a que entre el 70% y el 80% de la energía requerida para poner en marcha la lavadora se destina a calentar el agua, es más barato y más responsable con el medioambiente.
Hacer de tu casa un hogar más ecológico puede suponer hacer ciertas inversiones —algunas de ellas supondrán un notable ahorro a la larga—, como reemplazar bombillas incandescentes por LEDs y CFLs, que utilizan un 80% menos de energía y duran 25 veces más.
Puede que también estés pensando en adquirir un monitor inteligente para hacer un seguimiento de tu consumo, aunque muchas compañías ya lo instalan de forma gratuita. Para una opción más amplia, empresas como Smappee proporcionan monitores y funcionalidades que no solo controlan tu consumo de energía en detalle, sino que te permiten manejar los electrodomésticos de tu casa por control remoto a través de una aplicación en tu teléfono móvil. Esto significa que puedes activar todos tus electrodomésticos un poco antes de llegar a casa, y apagarlos tan pronto como salgas por la puerta.
A la hora de comprar electrodomésticos más serios como una cocina, una nevera, una lavadora o un lavavajillas, busca los que sean más eficientes energéticamente. Puede que en un principio te cuesten más dinero, pero después de un par de años el ahorro en tus facturas energéticas habrán anulado la diferencia. Busca la etiqueta de calificación de energía de la Unión Europea: va desde la A+++ (más eficiente) hasta la D o la G (menos eficiente) dependiendo del electrodoméstico.
El consumo en el hogar en una menor escala se centra principalmente en comida o bienes domésticos. De nuevo, existen maneras de cuidar el medioambiente que todos conocemos, como comprar comida menos envasada, elegir productos de temporada y optar por alimentos orgánicos que utilizan menos pesticidas y fertilizantes, muchos de los cuales vienen de productos de petróleo refinado.
Pero, ¿te has parado a pensar en cómo tu dieta afecta al cambio climático? Según el Instituto WorldWatch la agricultura animal es responsable del 50% del total de gases de efecto invernadero. Reducir el consumo de carne, especialmente de vacuno, puede tener un efecto sorprendente en el medioambiente. Por ejemplo, un kilo de carne de vaca supone 18 veces más emisiones que un kilo de pasta.
El fondo mundial para la fauna salvaje está llevando a cabo un fantástico proyecto llamado LiveWell, que no solo enseña sobre cómo lo que comemos afecta el ecosistema mundial, sino que también te presenta información práctica para cambiar tu dieta por una más sana, barata y sostenible.
Fuera de nuestra casa, nuestro impacto personal más obvio en el clima lo generamos según las formas en las que elegimos viajar. Con los vehículos eléctricos abaratándose cada vez más y volviéndose más prácticos, es el momento de pensar en adquirir uno de ellos a la hora de comprar un nuevo vehículo, y más si tenemos en cuenta las restricciones que afectarán a los vehículos diésel en las ciudades, con algunos países como Francia, España y Suecia decididos a eliminarlos en los próximos diez años.
Mientras tanto, asegúrate de que tu coche circula de forma efectiva hinchando tus neumáticos al completo para mejorar el kilometraje y conducir de forma que el consumo se mantenga bajo. Pero si es igual de barato y práctico coger un tren, elige esta opción, y si puedes hacer desplazamientos en bicicleta o caminando, todavía mejor.
¡Recuerda que tienes voz! Si quieres utilizar una bicicleta pero no hay carriles bici en tu zona, inicia una campaña para que los habiliten. En todas las causas ambientales el activismo es importante: habla a tus vecinos y amigos, contacta con tu asesor o diputado local, pon en marcha grupos de vecinos que puedan estar interesados en plantar árboles (un solo árbol absorbe de media una tonelada de dióxido de carbono a lo largo de su vida), compartir coche o concienciar sobre la contaminación.
Por último, piensa en compensar tus emisiones de carbono, especialmente cuando viajas en avión. Puedes hacerlo de muchas formas. Por ejemplo, puedes calcular el coste de tu huella de carbono en cualquiera de tus desplazamientos y escoger donar el equivalente a una organización involucrada en combatir el cambio climático.
Electrify the World es una iniciativa de Nissan. Como pionera en vehículos eléctricos, Nissan cree en la necesidad de actuar ahora para un futuro más sostenible. Descubre más sobre estilos de vida inteligente y sostenibilidad.