Uber y Cabify: ¿un servicio de transporte o la puntilla del taxi?
Los taxistas paran para protestar contra los vehículos con conductor, a los que acusan de competencia desleal.
Los taxistas vuelven a estar en pie de guerra contra el resto de servicios en vehículos de turismo con conductor. Taxistas de toda España se han movilizado este martes contra el avance de plataformas como Uber y Cabify.
Son cosas de la economía colaborativa en la era digital. Llega, se expande, gusta y altera el status quo vigente. Esto es lo que ha pasado con el servicio de transporte con conductor en España (hasta la fecha gestionado en exclusiva por el sector del taxi) tras la entrada de Uber en 2014 y que ha supuesto de facto la liberalización del sector.
Los taxistas lamentan la proliferación de vehículos que prestan el servicio, superior, dicen, al número permitido por ley (un coche cada 30 taxis por ciudad) y denuncian que estas compañías están exentas del pago de impuestos y licencias al que está sometido el sector del taxi.
Así está Atocha en la Huelga de Taxis contra Uber y Cabify @El_Pluralpic.twitter.com/tH6A3Wgth8
Uber y Cabify: ¿Qué son? ¿Y de dónde salen?
Son un servicio VTC (vehículos turísticos con conductor) y que se solicita a través de aplicación. Los choferes no están contratados y pagan una comisión del 20% de su tarifa a las compañías. Para ser un conductor Uber, hay que tener todos los papeles del coche en regla y una licencia VTC, estar al corriente de las cuotas de autónomo o tener constituida una empresa. La compañía también ha lanzado un servicio de conductores profesionales, llamada UberX, y la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos hace de puente para que sus afiliados compaginen la conducción de Uber con otras funciones profesionales.
Uber empieza a prestar sus servicios en Madrid el 23 de septiembre de 2014. Comienza entonces la guerra contra el sector del taxi. Uber, que ya operaba en Barcelona, comete un error de calado: no comunica ni el número de usuarios ni el de conductores en su red. Un juzgado ordena pocos meses después el cierre de su página web y aplicaciones, pero la compañía continúa operando en España.
Cabify es la versión española y de lujo de Uber. Conecta empresas y operadores turísticos, funciona básicamente como intermediario entre empresas que necesitan movilizar a sus empleados o turistas y quienes prestan el servicio.
Ambos servicios se solicitan a través de app. El sistema de tarifas de Uber es bastante sencillo. Cobran 1,20 euros por cada kilómetro recorrido y 0,10 euros adicionales por cada minuto en marcha. Cabify, por su parte, solo cobra una cantidad por kilómetro recorrido (1,65 euros para los 20 primeros, 1,10 para el resto), independientemente del tiempo. De esta manera, es más rentable cuando el tráfico es intenso.
¿Cómo operan?
Tienen prohibido circular buscando o esperando clientes, tienen que parar en puntos de reunión y solo pueden recurrir a su servicio a través de apps o llamando por teléfono. En cuanto a los modelos de coche y mantenimiento, la regulación no dista demasiado de la del taxi.
Cabify cobra a sus colaboradores una comisión de entre el 20% y el 25% por cada viaje realizado. Desde la compañía han admitido la existencia de una cláusula de no competencia que compromete a los transportistas a no usar a la vez otras aplicaciones similares dentro del tiempo en que estén a disposición de la plataforma.
El sector del taxi, en pie de guerra
Las licencias. El sector del taxi sostiene que existen más licencias por conductor que las permitidas por ley: por cada 30 licencias de taxi solo puede haber una VTC. Los taxistas acusan a Uber y Cabify de superar con creces lo establecido, mientras que las empresas lo niegan, aunque la regla del 30 a 1 es modificable por cualquier ayuntamiento.
La última arma de Uber para convencer a la administración de la necesidad de aumentar las concesiones es el exhaustivo informe de Analistas Financieros Internacionales (AFI), titulado Impacto socioeconómico de la modernización de los servicios VTC, de mayo de 2017. En el estudio, el economista José Antonio Herce concluye que liberalizar por completo la actividad reducirá los viajes en taxi o VTC una media de cinco euros y se crearían más de 75.000 empleos adicionales. Herce aboga sin reservas por la liberalización de la normativa que regula el segmento de los vehículos de alquiler con conductor, dados los enormes beneficios que se derivarían para los consumidores, los propios conductores y las ciudades.
Otras quejas
El sector del taxi en España y en muchos otros países europeos está muy regulado, sometido a un gran control administrativo y no ha participado de la gran liberalización y desregularización que otros negocios han experimentado bajo el paraguas de la Unión Europea. La OCDE recomendó en 2007 liberalizar el mercado ante la evidencia de que el números de taxis por persona estaba cayendo en las zonas con el mercado regulado porque los usuarios optaban por otros medios de transporte.
Los taxistas consideran además que estas aplicaciones fomentan el transporte pirata y la creación de una bolsa de fraude fiscal evidente.
Los taxistas acusan a las plataformas VTC de competencia desleal y las empresas niegan la mayor. En mayo de 2016, Fedetaxi y del Sector Estatal de Carretera de la Federación de Servicios al Ciudadano de Comisiones Obreras presentaron una denuncia contra Cabify por competencia desleal, al sustituir supuestamente a trabajadores por cuenta ajena por falsos autónomo.
¿Vacío legal o nicho de mercado?
Vacío legal para unos, nicho de mercado para otros. Los taxistas aducen que existe vacío legal en la concesión de licencias, según sus palabras "muy por encima de la regla del 30 a 1". Como la Comunidad de Madrid paralizó la cesión de licencias durante un tiempo, fueron alzadas por vía judicial, por lo que a la regla del 30 a 1 hubo que sumar las concedidas en tribunales.
En Madrid por tanto, siguiendo esta norma y existiendo 15.772 licencias de taxi según el Ministerio de Fomento, deberían haber unas 525. Sin embargo, el mismo documento confirma que son exactamente 1.961. Y lo mismo ocurre en Barcelona, con 11.163 taxis y 769 VTC. Hasta la aprobación del decreto en 2015, las licencias fueron concedidas vía judicial y este es el motivo de que hayan excedido el número.
Licencias como hipotecas
El problema lo tienen los conductores de taxi que han hecho grandes inversiones en una licencia – alrededor de 150.000 euros – que, si se liberaliza el mercado, no valdría nada. Para algunos, estas licencias son una garantía económica de cara a la jubilación, cuando las traspasan o venden a otros taxistas.
¿Qué significaría la liberalización total?
José Antonio Herce, de Afi, propone que la oferta de alquiler de coches con conductor siga siendo regulada a través de licencias emitidas por los ayuntamientos. La liberalización total supondría suprimir el tope, el número de vehículos y conductores se multiplicaría y sería el mercado el que guíe la competencia con los taxis.
Los VTC fuera de España
En Nueva York, la decisión tomada por la Taxi and Limousine Commission (TLC) de emitir una nueva licencia para conductores de taxi y de servicios privados de transporte (TLC Driver License) con el objetivo de dotar de mayor flexibilidad y oportunidades a conductores y negocios y asegurar una mayor oferta de conductores, que pueden además "moverse" libremente entre los distintos modelos de industria, apps, servicios de taxi, tipo y modelo de vehículo.
Mientras en Estados Unidos, Asia y la mayor parte de Europa se impone la libertad de mercado, también conocemos casos como el de Dinamarca, que ha provocado la salida de Uber del país.