Bertín Osborne confiesa que da vino a sus invitados para que se suelten
"Una copita o dos son muy buenas porque aflojan muchísimo".
La cocina de Bertín Osborne es sin lugar a duda el espacio más famoso de su programa Mi casa es la tuya (Telecinco). Y no por los problemas que el presentador tiene con la vitrocerámica, de los que le gusta presumir, sino porque es en esta dependencia donde los invitados se sueltan más fácilmente. ¿Por qué lo hacen? Por el vino.
Esto es lo que ha confesado el cantante este martes en El Hormiguero (Antena 3), al que fue a hablar de su próxima gira y en el que acabó hablando del gallo de Manel Navarro en Eurovisión, de que tiene un buen desnudo y de por qué aún no ha logrado el reto Men's Health. "Ponme tres meses seguidos con un entrenador y lo puedo hacer. Estoy en el camino, pero no se ha dado la oportunidad", aseguró.
Aunque la confesión más llamativa tuvo que ver con ese truco que emplea para que sus invitados larguen y se muestren más relajados. "Una copita o dos son muy buenas porque afloja muchísimo al invitado. Si tiene que contarte cositas... aflojadito. ¡No sabes cómo es! Y da un brillo en la frente...", confesó el presentador.
Bertín Osborne tampoco se cortó en reconocer que él mismo toma "tres copas" antes de entrar en la cocina y probar lo que preparen los entrevistados. "Y ya me pueden echar lo que sea. Tú sabes que yo me engraso rápido, me tomo tres copitas, ya me vengo arriba y ya me da igual", confesó.
Lo dijo justo después de hablar de los peores cocineros que han pasado por el programa "¿Vosotros os coméis lo que cocináis? Porque la pularda de Pepe Navarro estaba entre horrorosa y terrorífica...", le preguntó Pablo Motos. "No estaba mala, ha habido cosas mucho peores", reconoció.
En esa lista de cosas peores incluyó dos platos: la ensalada de José María Aznar y los macarrones de Plácido Domingo. "Tuvimos que cortar [parar de grabar] para pelar un tomate", dijo sobre la primera receta.
La segunda le trajo problemas en los dientes. La razón es que la pasta quedó años luz de estar al dente. "Le dio un golpe sin querer a la fuente y se cayeron cuatro macarrones [ya cocinados] al suelo y rebotaron medio metro. Estaban listos para comerse y ... Tres muelas hechas polvo", aseguró.
Osborne también habló de su momento más crítico sobre un escenario. Fue hace poco en el Liceo de Barcelona y también hubo alcohol de por medio. "Estaba malo y no quise suspender. Me pusieron Urbason y me vine un poquito arriba (...) Me saqué una botella de whisky y entre canción y canción, lingotazo de whisky. Así estuve hora y tres cuartos", contó. "A la cuarta canción me vine arriba como una persiana. Ciego pero se me abrió la voz. No sé si fue el Urbason o el whisky".