Nel Cañedo, el 'pastor viral': "Los pueblos se están convirtiendo en parques de atracciones"
Este ganadero asturiano triunfa en internet con sus vídeos, llenos de ironías y críticas al poder.
Muchas zonas de los Picos de Europa se convierten los fines de semana y en vacaciones en un peregrinaje de turistas. Para darse cuenta solo hay que echar un vistazo a las calles repletas de localidades como Potes, en Cantabria, o Arenas de Cabrales, en Asturias. Así que los vecinos de la zona, que en muchas ocasiones se benefician de todas esas visitas, tienen que acostumbrarse a convivir con ese ajetreo. Uno de ellos es Nel Cañedo, un pastor asturiano de 28 años que se ha convertido en todo un fenómeno en Facebook gracias a sus reivindicativos vídeos, plagados de ironía y que no dejan títere con cabeza. Ni los turistas se libran de sus críticas, algunas de los cuales han visto más de 60.000 personas.
De hecho, su primer éxito en las redes le llegó en septiembre con unas imágenes en las que lamentaba la actitud de muchos viajeros. "Aquello tuvo más repercusión porque lo sacó un periódico local, El Comercio. Se conoce que aquel día tendrían algún tipo de escasez de noticias", explica un divertido Nel a El Huffington Post. Recuerda que aquellos periodistas "entendieron mal" el vídeo porque pensaron que él protestaba porque las vacas estuvieran en medio de los caminos. "Lo entendieron al revés, pero bueno. ¿Qué le vas a hacer?" se pregunta quitando importancia al detalle.
En aquel primer vídeo viral, Nel pedía con mucha ironía que el Gobierno impartiera "cursillos de educación animal" porque "miles y miles de turistas no pueden subir a los Picos porque les cierran el paso las vacas que están en la pista". "Tengo que parar la furgoneta cada cuarenta metros y apearme a apartar vacas. No se puede tener ganado tan sumamente necio", apuntaba.
"LAS CAUSAS DE LOS PUEBLOS SON SIEMPRE PEQUEÑAS"
Desde ese vídeo que publicó El Comercio, asegura, "ya vino todo rodado". Pero antes de ese éxito, este 'pastor viral' ya llevaba meses publicando en Facebook. Dice que empezó de repente cuando un vecino le grabó en tono de "humor, de comedia" y lo colgó para no perder el documento. Ese primer vídeo tuvo cierto éxito y Nel empezó a subir vídeos humorísticos de vez en cuando. Luego se dio cuenta de que, si añadía un poso reivindicativo, aquellas imágenes se compartían más.
"Y pensé: 'coño, además de hacer la comedia y hacer reír, pueden servir como forma para reivindicar una causa pequeña'. Las causas de los pueblos son siempre pequeñas. En este mundo tan acelerado y tan globalizado, el mundo rural tiene muy poca repercusión. Y me di cuenta de que era una manera de unir las dos cosas", explica.
Dice que el propósito de sus vídeos es denunciar el problema principal que tiene el mundo rural, que a su juicio es el desconocimiento que tiene la sociedad al respecto. "Es que no nos conocemos. Y es una cuestión de los dos bandos. En los pueblos, la gente de toda la vida no sabe muy bien cómo funciona una ciudad. Y la gente de la ciudad no sabe cómo funcionan los pueblos", se lamenta mientras subraya que "los que mandan hoy en día tiene una cultura urbana". "Y es normal por una cuestión puramente demográfica: hay más gente en las ciudades. Y desde un punto de vista político interesa más tener contentos a los de la ciudad que a los de los pueblos", critica.
"EL TURISMO RURAL NO TIENE SENTIDO SI SE PIERDE LO DEMÁS"
El resultado de eso, subraya, es que desde la Administración únicamente se potencia el turismo rural, "que está de moda" y "los pueblos se están convirtiendo en parques de atracciones". "Y está bien que potencien eso porque da dinero a los pueblos, pero el turismo rural no tiene sentido si desaparece la actividad primaria. Si no hay ganado, ni agricultura, ni quien conserve el entorno... el turismo rural no tiene sentido porque se pierde todo", denuncia.
Nel matiza, no obstante, que no todos los turistas con los que se topa son iguales. Dice que los hay que participan del pueblo, que salen, que hablan con él, le piden que les enseñe los animales. "Y luego hay gente que viene como si esto fuese a un zoo. Te ven con la guadaña en la mano, te hacen una foto y no te dan ni los buenos días. Les molestan los olores de la cuadra, les molesta que les salte una pulga al pantalón, que pasen las vacas por su lado, que caguen y les manchen el coche. No sé con qué idea vienen", se lamenta. Y denuncia que en algunas zonas prohibieron que las vacas entraran a los prados con los cencerros porque molestaban a la gente que dormía en los hoteles rurales.
Pero este 'pastor viral' ve en el mundo rural problemas más graves que esos. "El principal es el respeto. Yo lo que pido es respeto a un mundo que está desapareciendo. Un mundo que no se cuida, que está olvidado y que es necesario", reivindica. Y el respeto, asegura, pasa por escuchar sus problemas, muchos de los cuales residen en que "no se dan facilidades para adaptarse" a los nuevos tiempos. "La manera que nos propone la Administración es radical: significa que dejemos de trabajar como los antiguos nos enseñaron y que lo hagamos todo de la manera que inventaron unos tipos con corbata sentados en un despacho", se queja.
"LAS SUBVENCIONES FUERON EL FIN"
Pone como ejemplo el sistema de pastoreo que, afirma, les quieren imponer y que únicamente funciona en Castilla. "Aquí los lobos nos abrasan, nos matan hasta por la tarde, un día de sol y delante de la cuadra. Nos recomiendan los recintos cerrados, los mastines... y eso vale para Castilla, pero no para aquí porque aquí los animales están sueltos completamente", explica.
Se queja de que la administración "pasa olímpicamente del mundo rural" y que lo único que les interesa es tener "contentos y callados" a los ganaderos. "Por eso inventaron las subvenciones" denuncia. Pero también hace autocrítica: "Yo siempre digo que las subvenciones fueron el fin del mundo rural. Los problemas del mundo rural comenzaron en los años 90 cuando empezó la PAC". Dice que, con ese dinero, los poderosos acostumbraron a la gente a no preocuparse de la rentabilidad de la empresa, a no pensar y a la comodidad de tener una subvención que a final de año cubriría las pérdidas.
Y también, añade, la gente se habituó a no protestar "porque la hicieron dependiente de las subvenciones. Y si protestan o se manifiestan, se las quitan en parte o completamente".
"TENER UN JEFE NO ME GUSTA"
Afirma que por eso él no quiere ni escuchar oír hablar de nada de eso. Él vive de las ganancias que le reportan las ventas del queso de Gamonéu que él mismo elabora y que le ayudan a vender sus padres. Aprendió a hacerlo gracias a Cándido Asprón, el que fue su maestro en la Escuela de Pastores de Picos de Europa a la que se apuntó después de acabar la carrera de Historia. "Ya de por sí es una carrera con una salida regular para el mercado laboral, y encima dentro de Historia hice Prehistoria, que es más raro todavía, y dentro de eso hice Arte Megalítico, que es más raro todavía", se ríe.
Así que acabó los estudios y, como no quería preparar un máster ni unas oposiciones, entró a trabajar en una asesoría como auxiliar administrativo. "Enseguida me di cuenta de que eso de estar ocho horas en una oficina no era para mí. Estar entre cuatro paredes para mí no vale", asegura. Y dice que tampoco aguanta la ciudad. "Demasiado acelere, demasiado estrés... y, además, tener un jefe no me gusta. Mis jefes son los animales, pero los animales no me riñen, ni me piden que lo haga más deprisa, ni mejor, ni me ponen horarios", dice entre risas.
Ahora lucha desde las redes sociales para que sus jefes sigan mandando.