Cuatro cardenales rebeldes desafían públicamente al papa Francisco
Se avecinan tiempos difíciles para el papa Francisco. Cuatro cardenales conservadores han hecho público su desafío al pontífice en una carta en la que le acusan de crear confusión en asuntos clave para la doctrina católica.
Los cardenales -dos alemanes, un italiano y un estadounidense- han asegurado que han hecho público el documento porque Francisco nunca les respondió. No es la primera vez que el papa choca con purpurados conservadores, que se oponen a la apertura del pontífice en temas como el divorcio, la homosexualidad, la desigualdad económica o el cambio climático.
En concreto, los cuatro cardenales rebeldes cargan contra la exhortación apostólica Amoris laetitia, con la que Francisco trataba de abrir la puerta a los católicos divorciados -"nadie puede ser condenado para siempre", dijo- y caminar hacia una Iglesia más tolerante en aspectos de la familia.
EXIGEN "RESOLVER LAS DUDAS"
Bajo las enseñanzas de la Iglesia, los divorciados no pueden recibir la comunión a menos que se abstengan de mantener relaciones sexuales con su nueva pareja, porque su primer matrimonio aún es válido ante los ojos de Dios y por lo tanto la institución considera que viven una vida adúltera.
En el documento, el papa parecía ponerse del lado de los progresistas que habían propuesto un "foro interno" en el que un sacerdote u obispo decidirían conjuntamente con el individuo si pueden ser reintegrados completamente y recibir la comunión.
Los conservadores desafiaron esto y, en su carta, los cuatros cardenales pidieron al papa "resolver estas dudas que son causa de desorientación y confusión". En la misiva, enviada a varias organizaciones de noticias, dijeron que incluso los obispos ofrecían "interpretaciones diferentes" de las reglas sobre los católicos divorciados que volvieron a casarse.
Los firmantes son tres cardenales retirados: los alemanes Walter Brandmüller y Joachim Meisner, y el italiano Carlo Caffarra; más el estadounidense Raymond Leo Burke, al que Francisco relegó en 2014 de un alto cargo en la Signatura apostólica.