Luis Ángel Rodríguez Patiño: la historia del cura 'indignado' que pide que excomulguen a Rajoy
Luis Ángel Rodríguez Patiño es el párroco de O Val de Xestoso, una pequeña población en A Coruña, pero no es un cura como los demás. Lleva la contraria a la jerarquía eclesiástica en casi todo: en sus posturas sobre la homosexualidad, el aborto, el celibato, la política… Habla claro, rápido, a veces levanta la voz nervioso, mezclando, a ratos, el gallego con el castellano y dice “coño” sin parar. Así que su forma de ser le pasa factura, aunque a él no parece importarle: “Ya me han abierto expediente no sé cuantas veces, pero no pasa nada. Mientras no me lo levante el de arriba…”.
Sus ideas le han hecho salir en los titulares de los medios varias veces. La última esta misma semana, cuando propuso excomulgar al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. No se arrepiente de haberlo dicho y, es más, se reafirma en su planteamiento.
“No respeta el bien común y, al no hacerlo, provoca que mucha gente sufra”, asegura recordando los desahucios, las preferentes, las “violaciones de los derechos” con los refugiados… “Y no permite muchos tratamientos para enfermedades como la hepatitis y hay gente que no puede comprar medicinas por el copago”, apunta mientras recuerda: “Todo aquel que produjere una muerte a una persona, no merece estar dentro de la Iglesia”.
El sacerdote, de 59 años años, dice que Rajoy está “violando continuamente los Derechos Humanos” y subraya que “lo fundamental es respetar a la persona humana” algo que, a su juicio, el presidente del Gobierno no cumple. “Todo lo que haga daño al hombre, hecho a su imagen y semejanza, está haciendo daño a dios. Y al prójimo no se le hace daño sólo directamente, sino también indirectamente, creando situaciones de dolor, de sufrimiento”, dice mientras recuerda que todo lo que él dice está basado en la Biblia y en el Catecismo de la Iglesia católica.
"LA IGLESIA HA SIDO UN APARATO IDEOLÓGICO"
Entonces, ¿por qué sorprende tanto que un cura diga estas cosas? Rodríguez Patiño no tiene dudas: “Porque la Iglesia ha sido un aparato ideológico para montar una serie de dictaduras. A mis paisanos les digo que no soy yo el que se mete en política, que es que Cristo lo decía”. Pero no tiene muchas esperanzas de que la jerarquía eclesiástica le haga caso. “Tenemos, por desgracia, una serie de obispos que no han entendido al papa. Pero el papa no es tonto y ya soltó la frase: muchos me están poniendo palos en las ruedas”, dice el sacerdote, que tiene cinco carreras, nada más y nada menos: Filosofía, Teología, Derecho, Criminología y Ciencias Políticas.
(Sigue leyendo después del vídeo...)
Él cree que la excomunión de Rajoy tendría efectos en la política porque “la mayoría de sus votantes se declaran católicos, apostólicos y romanos y tendrían que reflexionar si quieren a este hombre”. “A veces es mucho más peligroso que la Iglesia declare oficialmente esto que otras medidas penales que muchas veces no tienen sentido. Ahí tienes a un Conde que se está burlando de todo quisque viviente”, recuerda resignado.
Rodríguez Patiño no se corta tampoco a la hora de hablar de la Iglesia. Apuesta por que el celibato sea opcional y dice que ahora es obligatorio porque así la jerarquía “maneja mejor” a los curas. “¡No impongas nada a la gente, macho!”, exclama antes de poner un ejemplo de cómo lo prohibido atrae más: “Antiguamente yo tenía dos huertas al lado de mi casa. En una de ellas te amenazaban si ibas a mangar fruta y en la otra te dejaban entrar. Pues íbamos a mangar a la primera, aunque sabían más ricas en la otra. Pero teníamos que mangar en la otra porque te lo prohibían. Claro, coño”.
"ESTÁN PERMITIENDO PEDERASTAS"
Y, acto seguido, como una metralleta, exclama: “¡Coño, están en contra del celibato opcional y están permitiendo pederastas y gastandose cantidad de dinero en los tribunales para defender a esos desgraciados!”. Cosas así ya le han costado algún toque de atención de la curia porque, por ejemplo, en 2010 llamó “terroristas” a los curas y a los obispos pederastas y a todos aquellos que con su silencio trataron de ocultar la “podredumbre de la acción”.
También recibió un expediente del obispo en 2012, cuando montó un portal de Belén cuya puerta precintó con cinta policial y colocó en el suelo pegatinas de Stop Desahucios. “El niño Jesús encarna los problemas del ser humano y, en estos tiempos, sería un desahuciado más”. “Sus padres eran gente humilde y no encontraría un lugar donde venir al mundo", argumentó entonces.
Y animó a católicos, sacerdotes y obispos a sacar su dinero de aquellas entidades bancarias que lleven a cabo desahucios. “San Antonio criticó a los usureros, les llamó reptiles, les dijo que estaban chupando todo al pueblo. Pero siempre nos han dibujado unos santos como místicos, ajenos a la realidad”, explica.
(Sigue leyendo después del vídeo...)
Rodríguez Patiño tampoco coincide con la jerarquía en el aborto: “Nadie quiere matar a nadie. Y una madre que quiere tener un hijo seguro que lo tendría. Pero es que tú no le das las condiciones ni los medios para vivir. Muchas veces condenamos a la mujer o a los jóvenes. Pues no”.
"NO TENGO NADA QUE PERDER"
También apoya abiertamente a los gays e incluso en los años 70 publicó un trabajo que hablaba de la homosexualidad en los seminarios. “La gente que más condena una cosa y otra… al final son ellos”, dice dejando caer cosas para que, quien quiera, lo entienda. “Me dicen algunos que es que son pervertidos. Coño, ¿qué tiene que ver que un chico concreto sea pervertido? Puede ser homosexual o heterosexual y haría lo mismo.”
Aunque, quizá, el momento de mayor fama le llegó en 2001, cuando admitió haber dado positivo en un control de alcoholemia, aunque precisó que se debió al vino de misa ingerido tras haber oficiado varios actos religiosos. Entonces inició una campaña para solicitar a los responsables eclesiásticos que estudien soluciones al problema que se plantea a los sacerdotes que tienen que oficiar misas en distintas parroquias y para ello trasladarse en vehículo.
Pero a él no le importa salir en los titulares si es para defender aquello en lo que cree. Tampoco que le critiquen en las tertulias de Intereconomía (“¡cómo me ponen allí!”, exclama). “Quizá muchos en la Iglesia compartan mis opiniones y tengan vergüenza de decirlo. Pero yo no tengo nada que perder y sí mucho que ganar”. Más claro, imposible.