Seis playas para surfear las mejores olas del Cantábrico
Un estilo de vida para muchos, la manera de mantenerse en forma para otros… No importa el motivo, el surf es la opción ideal para disfrutar de la playa todo el año.
¿Preparado para surfear? Vamos a recorrer el norte, que acoge algunas de las playas más espectaculares de nuestro país, en busca de la mejor ola. Y lo vamos a hacer por la autovía del Cantábrico, sin perder de vista el mar en ningún momento.
Ofrece 2,5 km de playa, la más larga del País Vasco, con olas de hasta tres metros de altura. Este extenso arenal se reparte en tres zonas: el extremo occidental, frecuentado por familias y bañistas; el centro, reservado a los surfistas; y la parte oriental, dominada por las dunas.
Cuna de importantes surfistas como Hodei Collazo o Aritz Aranburu, es ideal para surfear ya que no hay grandes corrientes, sus olas son buenas en todo tipo de mareas y es apta para todos los niveles. El paseo marítimo llega hasta el vecino pueblo de Getaria. A medio camino, rompe con las marejadas más fuertes del invierno una de las olas más temidas del Cantábrico, Roca Puta. Para comer, nada mejor que un delicioso pescado en el Restaurante Elkano de Getaria, donde es imposible resistirse a su rodaballo salvaje o sus kokotxas.
Templo surfero por excelencia y una referencia a nivel mundial por su famosa ola izquierda (aquí las olas rompen de forma ordenada hacia ese lado), considerada por muchos como la mejor ola de Europa. Nace en la barra arenosa de la desembocadura de la Ría de Mundaka, en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai, y se extiende hasta la playa de Laida. Puede alcanzar hasta cuatro metros de altura y 400 metros de recorrido, y por su forma de tubo largo y continuo gana adeptos cada día.
Los mejores surfistas del mundo, como el hawaiano Andy Irons o el australiano Mark Occhilupo, la han cabalgado durante el Billabong Pro Mundaka. No dejes de visitar la curiosa ermita de San Juan de Gaztelugatxe y los 241 escalones que unen el islote sobre el que se alza con tierra, entre los cercanos Bakio y Bermeo. Frente a la playa y con unas vistas impresionantes sobre la ría de Mundaka, el Restaurante Asador Portuondo sirve cocina vasca tradicional y deliciosos pescados a la brasa de encina.
En Ribamontán al Mar y a 25 km de Santander, es un gran arenal de casi 4 km de longitud. Al estar orientada en mar abierto presume de tener un fuerte oleaje durante todo el año. Por eso, las olas están garantizadas, y es válida para todo tipo de surfistas, tanto principiantes como experimentados.
Hay servicio regular de barco que cruza en unos 20 minutos de Somo a Santander, donde puedes visitar el parque público de La Magdalena para pasear entre pingüinos, focas y leones marinos. En el restaurante Melly sirven los mejores bocartes fritos de la zona y puedes rematar la comida con un helado de su propia heladería.
Con casi dos kilómetros de longitud, se sitúa entre Comillas y San Vicente de la Barquera, en el municipio de Valdáliga, en pleno Parque Natural de Oyambre. Se trata de un espacio ideal para surfear en el que no faltan marismas, dunas, acantilados y vistas a los Picos de Europa.
El Pájaro amarillo (izquierda larga para practicar maniobras) —su nombre se debe al color de un avión francés que aterrizó forzosamente en la playa en 1929—– y el Golf (de picos variables) son sus olas más características. Es el lugar perfecto para iniciarse en este deporte, ya que ofrece olas para todos los públicos y es tranquilo. El Retiro Restaurante es de lo mejorcito en pescado (rodaballo, lubina, sargo, merluza…) por la zona, con raciones generosas y precios razonables.
Se trata de una playa salvaje de un kilómetro de extensión, al oriente de la desembocadura de la Ría de Villaviciosa, tras la Punta de Rodiles. Llegarás a ella atravesando un pinar y unas dunas. Está en una zona muy abierta, con potente oleaje, y es conocida por su popular ola izquierda –similar a la de Mundaka–. Rápida y tubular, se coge también en bajamar y, debido a sus fuertes corrientes, es sólo para surfistas avezados.
El Catalín es el sitio adecuado para darte el capricho de una buena mariscada con vistas a la playa. Andaricas (nécoras), fabes con almejas, arroz con bogavante… todo muy rico y regado con la mejor sidrina asturiana.
Esta playa es todo un chute de adrenalina sobre las aguas bravas del Cantábrico y un lugar de culto para el surf. Está en el turístico municipio de Castrillón, con más de un kilómetro de arena dorada y unos 200 días al año de olas para surfistas de todos los niveles.
Aquí las olas rompen tanto a izquierda como a derecha, son veloces y pueden llegar a los 60 metros de recorrido y los 2,5 metros de altura. En el paseo marítimo, La Luna es un local informal y frecuentado por surfistas, en el que puedes picar algo.
- Para novatos Probar el surf es una experiencia inolvidable. Las escuelas que puedes encontrar en cada playa te lo ponen fácil, con cursos adaptados a todos los niveles (curso de iniciación para 2 personas de 2 horas, por unos 59 euros). Puedes subirte a la tabla de la mano de Escuela Cántabra de Surf (Somo), Pukas Surf Eskola (Zarautz), Mundaka Surf School (Mundaka), Oyambre Surf (Oyambre), Rodiles Surf School (Rodiles) y Escuela de Surf Las Dunas (Salinas). No importa que no vayas equipado, las escuelas alquilan el material a pie de playa. Precio alquiler 1 día: tabla (30 euros), traje neopreno (10 euros), bodyboard y aletas (20 euros).