Cancelada la comida entre Hollande y Rohani en el Elíseo al negarse a quitar el vino del menú
Francia ha recibido al presidente iraní, Hasán Rohani, con la firma voluntad de simbolizar el deshielo en las relaciones del país asiático con Europa, que se traducirá en los suculentos contratos que van a anunciarse.
Por eso, dado lo importante de la ocasión, y para asegurarse de que nada ensombrece el paso triunfal de Rohani por París, sus anfitriones han decidido evitar la celebración de la tradicional cena de gala con la que se suele agasajar a los jefes de Estado. Antes que renunciar a servir vino en la mesa, como exigía la delegación iraní, así como de servir carne halal, las autoridades francesas han preferido obviar ese gesto de cortesía.
Esto no ha sido así en Italia, país que se ha desvivido por no ofender al presidente iraní. Prueba de ello ha sido que en su caso el Gobierno italiano sí ha optado por no servir bebida alcohólica en la cena e incluso ha cubierto las estatuas con desnudos para no provocar ningún problema.
Más allá de lo anecdótico de la anunlación de esta cita, Rohaní ha llegado el pasado miércoles a París, donde se ha reunido de manera informal con una delegación de los más importantes empresarios franceses y con el ministro galo de Economía, Emmanuel Macron, aunque el día grande de su visita oficial será mañana jueves.
CIERRE DE GIRA
El presidente francés, François Hollande, ha recibido en el Palacio del Elíseo al iraní, primer presidente de ese país que viaja a Francia desde hace 17 años, que cierra de esa manera su minigira por Europa que le llevó anteriormente a Italia.
El viaje de Rohaní estaba en un principio previsto para el pasado 17 de noviembre, pero hubo de suspenderse por los atentados yihadistas del 13-N en París y Saint Denis.
Fuentes del Elíseo han destacado que la visita marca "la profundización de un diálogo político exigente entre Francia e Irán", al tiempo que han recordado que "pese a las tensiones políticas, los puentes entre ambos países nunca se han roto del todo".
Además, han apuntado el relevante contexto político del viaje, que tiene lugar menos de un mes antes de la celebración de las elecciones legislativas en Irán.