19 frases que los hombres quieren dejar de oír
Se han escrito ríos de tinta sobre las frases que las mujeres deben aprender a ignorar, e incluso deben dejar de decirse a sí mismas. Se escriben largos textos (casi tratados) sobre lo que atenta a su autoestima y sobre lo que las ofende y les irrita que les digan, o hagan, por el hecho de ser mujeres.
Sin embargo, los hombres también sufren este tipo de insultos y desconsideraciones. Ellos también pueden ofenderse, y también hay cosas que les molesta que les digan o hagan, las mujeres u otros varones, por el mero hecho de ser hombres.
Hemos hablado con varios, de diversas edades, y hemos recopilado una lista de las más destacadas. Si te sientes identificado con esto pero crees que falta alguna, háznoslo saber en tus comentarios.
1."No hay huevos"
Todo hombre ha oído eso alguna vez. Normalmente, en boca de otros hombres. Es una frase que les empuja a cometer las mayores imprudencias, cosas que jamás harían si no mediara esa expresión previa. Es un tipo de presión exclusivamente masculina, pero no todos los hombres quieren llevarla por bandera.
"Llegado el momento, siempre tienes que 'tener huevos'. Igual no quieres hacer una subnormalidad porque te parece de idiotas, pero si no lo haces será porque 'no hay huevos'. Es la frase comodín entre tíos para convertir cualquier cosa aburrida en una competición. Y ya cansa un poco", considera Arturo, de 25 años.
"Muchas veces supone, no tanto un reto real, sino una forma de rebajarte ante la sensatez. Quien lo dice sabe que, o haces algo que puede molestar a otras personas, sentarte mal a ti mismo o ponerte en peligro de alguna forma, o eres un 'cobarde", critica Gustavo, de 29 años.
2. "Los hombres no saben hacer dos cosas a la vez"
"Esta forma simpática y campechana de meterse con los hombres no sólo es falsa, sino que fomenta la desigualdad. Es una generalización tan ofensiva como que las mujeres son histéricas". Así de claro se muestra Gustavo frente a estas expresiones insultantes.
3. "Las mujeres tenemos una conexión especial con los hijos"
Este tipo de frases no sólo ofenden a los buenos padres, sino que justifican la actitud de los malos. "El misticismo en torno a la maternidad sólo es otra forma de decir que la mujer es quien debe ocuparse de los hijos. Lo que legitima a los hombres que no atienden a sus hijos, o los que continúan trabajando mientras su mujer se coge la baja", opina Gustavo.
Además, esa conexión con su hijo hace que, por especial, cercana y cariñosa que sea la relación de un padre con sus niños, la de la madre siempre sea "mejor". ¿Queremos realmente eso para nuestros hijos y nuestras parejas?
4. "Los tíos, siempre pensando en lo mismo"
Éste es un típico comentario de grupo de amigas. Es inofensivo, a menos que se crea realmente. "Son tópicos sin sentido. Te ofende que te vean de una manera tan simple y sencilla, o que te comparen con los tíos que hayan conocido antes, pero que no eres tú", protesta Pedro, de 21 años.
"Me fastidia mucho que una tía dé por hecho que quieres ligar sólo porque hablas con ella, aunque no tengas el más mínimo interés. Sobre todo si es en plan: "Bleeeeh, creo que este tío quiere algo, qué asco, voy a pasar de él", reflexiona Manuel, de 35 años.
"Parece que los hombres siempre tenemos que querer sexo, como si no nos deprimiéramos, o como si el estrés y las preocupaciones no nos afectaran. Una vez estaba en una discoteca en Guinea Ecuatorial y se me acercó una mujer negra bastante guapa, y me dijo: '¿Quieres follar?'. Y yo le dije: 'Pues así, tan bruscamente, no'. Y ella me contestó: '¿Eres maricón?", recuerda Jorge, de 34 años.
"Los tíos tenemos menos tabúes para hablar de sexo, eso es cierto. Hemos desarrollado un humor en torno al sexo, también es verdad. Eso facilita los comentarios de ese tipo, pero no significa que estemos pensando constantemente en ello, ni más que las mujeres. Sólo que lo expresamos abiertamente", considera Gustavo.
5. "Un hombre arreglado es gay o está pillado"
¡Pero si a todas las mujeres les gusta un hombre bien vestido y aseado! "Esto va de la mano de las críticas físicas. Si se asume que los tíos arreglados son gais, incluso hoy en día va a haber muchos que no se preocupen por su aspecto por no parecer homosexuales", advierte Gustavo.
Por no hablar de que estos prejuicios alimentan el machismo. "Una vez más se atribuye a los gais, porque supuestamente están más en contacto con su lado femenino, que se preocupan más por su aspecto. Es una forma de mantener la obligación de que las mujeres se arreglen hasta la locura y los tíos puedan salir sin peinar a la calle", considera.
6. "Haz tu función" (para abrir un frasco, poner un clavo, levantar algo pesado, etc)
"Como broma está bien, pero si a las mujeres les molesta que se las relacione con la cocina, la limpieza y el cuidado de los niños, a los tíos tampoco nos hace gracia ser martillos, alicates o remolques", manifiesta Gustavo.
7. "Un hombre de verdad..." y lo que siga
¿Existen hombres de mentira? Esto se dice, normalmente, en un entorno más serio que el de "no hay huevos", pero ataca al mismo lugar: la valentía y la fuerza, obligaciones masculinas.
"Siempre va acompañado de plantarse, mantenerse firme, competir o pelear. Si asumimos que un 'hombre de verdad' es quien no huye de una pelea, hay que asumir que una 'mujer de verdad' es la que leva maquillaje y tacones. ¿Quién quiere eso?", plantea Gustavo.
8. "Ya he salido" o "Me arreglo en cinco minutos"
Las chicas tienden a emplear mucho tiempo en arreglarse, y muchas veces llegan tarde pero les cuesta reconocerlo. "Me fastidia que digan que ya han salido y están de camino, y en realidad están en casa y salen 15 minutos después. Si vas a llegar tarde, al menos dilo y así puedo llegar yo también un poco más tarde", pide Arturo.
9. Que me acomplejen con cualquier comentario sobre el físico
Muchos los habrán sufrido: "Tienes entradas/barriga/te estás quedando calvo...". La lista es interminable. Si consideramos insultante que se hagan estos comentarios a las mujeres, ¿por qué no a los hombres? Y, si no te gusta que te los hagan, ¿por qué los haces tú a amigos, cuñados, primos...?
"Se da por hecho que el físico o las emociones no nos afectan. Muchos las ocultan, pero eso no significa que siempre sea cierto. Si un piropo no es más que una opinión que no se ha pedido, ¿por qué meterse con el físico de un hombre sí se permite?", plantea Gustavo.
10. Que me hagan sujetar cosas
"Me irrita mucho que me hagan eso que es tan de chicas de que te hagan sujetar o llevar cosas. Habitualmente tengo bastante calculado lo que llevo y cómo lo coloco, para ir con las manos libres y cómodo, y que te hagan llevar una bolsa 'un rato', sujetar chaquetas y demás, es muy irritante", manifiesta Miguel, de 36 años.
11. Que las tías me peguen de coña haciéndose las ofendidas
A las niñas pegonas no se las censura, y cuando crecen, siguen arreando. Algunas chicas tienen la costumbre de pegar a sus amigos, sabiendo que éstos no les devolverán el golpe porque es algo muy censurado socialmente.
"Puedo pensar en varias mujeres a lo largo de mi vida, de distinta condición social, educación y edad, que me han dado algún golpe cuando les he gastado una broma o he dicho alguna tontería. Y algunas le han puesto ganas y fuerza. Yo, simplemente, no puedo hacer eso. Ni quiero", explica Gustavo.
12. Que te cojan trocitos del plato sin que invites
"Es la típica cosa a la que no te puedes negar sin parecer un psicópata pero que, al menos a mí, me da mucho por saco. Aunque hay de todo, es más frecuente que esto ocurra con acompañantes femeninas", argumenta Miguel.
13. Que la ropa de hombre sea tan cara
Esto es consecuencia directa de que "un hombre arreglado es gay", y es algo que impide a muchos, sobre todo los chicos más jóvenes y con menos dinero, vestir bien.
"Si seguimos haciendo que los hombres no quieran arreglarse y que, incluso haciéndolo, se nos pueda decir que tenemos barriga o entradas, las ganas se desvanecen. Eso hace que haya menos demanda y la ropa sea más cara. Un problema para aquellos que sí queremos arreglarnos", se queja Gustavo.
15. Que se confunda ser educado con ser un machista
Rafael, de 66 años, recuerda tres ocasiones en que le han respondido con malos modos por seguir la mínima cortesía. "Bastantes veces, y con caras molestas, me he visto en la situación de tener que pasar primero ante la negativa de la mujer a quien le cedía el paso. Una vez incluso me dijeron 'machista' directamente", cuenta.
"En otra ocasión, iba leyendo en el metro, cuando vi entrar a una señora de unos 50 años, cargada con unas bolsas. Rápidamente me levanté para ofrecerle mi asiento. Pero ella me miró y me dijo que de ninguna manera, que no necesitaba que ningún hombre se levantara por ella... Me sentí tan mal que dejé el asiento libre", narra con disgusto.
La última fue hace unos meses. "Celebrábamos un cumpleaños y yo empecé a servir el plato a los que estaban a mi lado y enfrente. Un invitado sentado en otro sitio me acercó su plato. Yo le dije que esperara, mientras cogía el plato de una señora a mi lado. Ella se negó a darme el plato, y me dijo, molesta: 'De ninguna manera, que ya está bien de machismo'. Me defendí, diciendo que era por ser un caballero, y me contestó: 'No es caballerosidad, es denigrar a la mujer'. Me serví yo, y dejé el cucharón, sin servir a nadie más. Cuando nos despedimos, ella puso la mejilla, pero yo me retiré hacia atrás y le estreché la mano", recuerda.
16. Que las tías no paguen en las discotecas
Estas estrategias buscan que al público masculino, atraído por la presencia de numerosas mujeres, ya que se presupone que ellas no estarán tan interesadas en pagar extra por entrar en un sitio repleto de hombres. Sin embargo, esto remite a relaciones entre los sexos que deberían estar superadas.
"No es justo que nosotros tengamos que pagar precios abusivos de entrada, y nuestras copas, y a las chicas se las deje entrar gratis, y muchas veces con barra libre. En cuanto ellas salen beneficiadas de algo, ya no exigen igualdad", se queja Jaime, de 22 años.
17. Que a los hombres no se les perdone la timidez
"En las mujeres, la timidez es algo que no está mal visto, que incluso puede ser positivo. En los hombres, en cambio, ser tímido es como padecer una enfermedad vergonzante. Es algo que causa no poco sufrimiento, sobre todo en la juventud. A los niños, y a los hombres después, se les exige que den un paso al frente en todo, que sean expansivos y activos. Y hay gente cuyo carácter no se adapta a esa obligación", considera Ricardo, de 33 años.
18. "No llores/Sé un hombre"
"Existe un modelo de masculinidad que asfixia y no permite desarrollar la personalidad de uno en todas sus dimensiones. La fuerza, la valentía o el deseo sexual están bien, por supuesto, pero son sólo una parte de nuestra personalidad. El reconocimiento de nuestra vulnerabilidad y la posibilidad de aceptarla plenamente nos permitiría desarrollar otros aspectos de nuestra forma de ser que normalmente están reprimidos y que, quizá, nos abrirían a relacionarnos con los demás de manera más sana, menos tensa y con menos exigencias. A mí me tensa enormemente no poder ser como soy en todas mis dimensiones", admite Jorge.
19. "No me pasa nada"
Muchas veces las mujeres tienden a no decir qué les pasa cuando están enfadadas o dolidas, esperando que su pareja, amigo, hermano, se dé cuenta por sí solo, como una prueba de que las entienden y les importan.
"No sé si el juego es un 'a ver si el mastuerzo este se entera solo', pero al menos a mí me da mucha rabia. Yo no hago ese tipo de cosas, y me cuesta comprender el sentido de esos juegos, especialmente cuando hay un cabreo de por medio", confiesa Miguel.