Le Mans en 24 horas: qué hacer, qué visitar y dónde comer
Le Mans no es sólo un circuito de coches. La capital del departamento de Sarthe situado en la región del País del Loira es un decorado perfecto para grabar cualquier película de época. El casco antiguo de la ciudad, con las casas de entramados de madera, las calles empedradas y los callejones estrechos, ha sido el ambiente idóneo para películas como Cyrano de Bergerac (1990), con Gerard Depardieu como protagonista, o La Máscara de Hierro (1998), con Leonardo Dicaprio.
No hay más que recorrer esta parte de la ciudad de la dinastía Plantagenêt para que uno se dé cuenta de que, además de los rugidos de los coches en la prueba de las 24 horas, Le Mans tiene mucho que ofrecer.
EL CASCO ANTIGUO Y LA CATEDRAL
La ciudad se puede visitar en unas horas; y un buen lugar para comenzar el recorrido es la parte antigua, situada sobre una colina y rodeada por una gruesa muralla romana. Es una de las mejores conservadas de Europa (data del siglo III) y ha defendido la ciudad en varias ocasiones como durante la invasión de los bárbaros o en la Guerra de los Cien Años.
Muralla de Le Mans
El barrio antiguo, a la sombra de la catedral de Saint Julien, es un laberinto de calles y callejones empedrados, casas de piedra o de entramados de maderas de distintos colores y pequeñas plazas. Los comercios se han adaptado a esta apariencia 'atemporal' y se pueden ver los carteles colgantes dignos de un filme ambientado en el siglo XVII. Pequeñas tiendas de antigüedades y de porcelanas se intercalan con patios y restaurantes cuyo plato estrella son las rilletes, un paté de carne desmenuzada que se hace en la zona del Sarthe. Es ideal para dar un paseo que finalice con una visita a la catedral.
Casco antiguo de Le Mans
La Catedral de Saint Julien se puede ver desde casi cualquier parte del casco antiguo. Si por fuera llama la atención, el interior tampoco decepciona. La mezcla entre la arquitectura de la cabecera, gótica, y la arquitectura románica, llama la atención ya antes de entrar. En el interior, el presbiterio, rodeado de vidrieras; y las tumbas de Saint-Julien y de Carlos d'Anjou, son dignos de impresión. Fue levantada entre el siglo XI y el siglo XV. Con una mezcla de arquitectura gótica y románica, es una de las catedrales más grandes de Francia.
En el exterior de la misma se encuentra cuidadosamente colocado un menhir de gres que mide aproximadamente cinco metros. Se trata de la época prehistórica y está instalado en la Place Saint Michel.
LA ABADÍA DE L'EPAU
Un poco más alejado del centro de la ciudad, en un entorno más rural, se encuentra la Abadía de l'Epau. Rodeada de una pradera verde que no se ve dónde acaba, fue fundada en el siglo XIII por la reina Berenguela de Navarra, viuda de Ricardo Corazón de León. Fue reformada posteriormente en el siglo XV y es uno de los lugares imprescindibles en la historia cultural del País del Loira. El cuerpo de la reina Berenguela se encuentra sepultado entre las paredes del centro monástico. Los restos del que fue su esposo, Ricardo, descansan en la abadía de Fontevrault.
La abadía de l'Epau
La abadía de l'Epau representa claramente la arquitectura cisterciense. Fue una fortaleza cristiana, que más tarde se declaró monumento histórico. A día de hoy, está abierta para visitas todos los días y acoge exposiciones temporales tanto en el jardín exterior como entre sus gruesas paredes.
24 HORAS DE LE MANS
Es, posiblemente, la carrera de resistencia más famosa del mundo. Todos los años, en junio, miles de personas siguen la competición que se disputa en el circuito de la Sarthe. Esta prueba de resistencia reúne a equipos y pilotos de todo el mundo que han participado en diversos campeonatos nacionales e internacionales. Pero aunque uno no sea un experto piloto de Formula 1, si se tiene una buena cantidad de dinero, se puede optar a participar en la carrera pasando todos los controles y requisitos necesarios (alguno de ellos de alta dificultad). El mismo Fernando Alonso ha señalado en más de una ocasión que es uno de los propósitos que le quedan por cumplir.
Porsche ganador de las 24H de Le Mans en 2014
Aunque no seas un forofo de los coches, si vas a Le Mans no puedes dejar de visitar el circuito. Porque impresiona. El recorrido de los coches que están de prácticas en la escuela de pilotos (cuando no es el 24H, se utiliza para realizar otras actividades) hace que te puedas imaginar la inmensidad de la carrera anual, en la que los participantes recorren los 13,6 kilómetros de longitud y 38 curvas. Si uno pasea por las gradas casi a pie de pista, observando la velocidad que pueden llegar a coger los coches, entran ganas de empezar a ahorrar para comprar la entrada, que ronda los 80 euros. Antes de terminar la visita, tampoco se puede dejar de ver el museo de las 24H en el que se hace un recorrido histórico del circuito.
Museo de las 24H de Le Mans
SI TE SOBRA TIEMPO...
...Nunca está de más visitar los castillos de la región. El de le Lude está a mitad de camino entre Tours y Le Mans y pertenece a los grandes castillos del Loira. Es famoso por sus verdes jardines en los que se celebran numerosas exposiciones. Pertenece a la misma familia desde hace 250 años y es uno de los pocos castillos habitados de la zona. Es propiedad del Conde y de la Condesa Louis-Jean de Nicolaÿ que siguen la tradición de restauración y embellecimiento del lugar.
Castillo de Le Lude
Otro de los impresionantes castillos de la región es el de Bazouges. Está abierto durante todo el verano para visitas. Se encuentra en el pueblo de La Flèche, a orillas del río Loir. Es una fortaleza medieval de los siglos XV al XVIII que ahora se ha convertido en una vivienda señorial. Un sitio estupendo para ir a pasar el día.
Castillo de Bazouges