AirBnB valdría en bolsa lo mismo que Marriott International
Como diría mi querido Fernando Gallardo, "la economía colaborativa nos está cambiando la vida". Y desde luego que razón no le falta. La economía colaborativa lo primero que hace es destrozar los monopolios —por ejemplo, el del taxi— de raíz. En Nueva York ya hay más conductores de Uber que de taxis amarillos. Los clientes de Uber consideran que los coches de este sistema "están más limpios, el conductor es más educado, y además no hay que dar propina porque está incluida en el precio, que se cobra directamente de la tarjeta de crédito".
Uber ha revolucionado el mundo de la "presencia" o "apariencia de lujo". En ciudades como Nueva York, donde la apariencia cuenta y mucho, se valora llegar en un coche con un conductor con traje y corbata, aunque no sea propio. Y esa ha sido una de las razones de la enorme y rápida implantación de este servicio. Pero las implicaciones de Uber van mucho más allá, como también va mucho más allá las empresas de "alquiler de casas". El subleteo de toda la vida en la Gran Manzana ahora se sofistica y se llama AirBnB. La segunda gran revolución en esto del turismo. Gracias a esta web miles de personas alquilan una habitación, el apartamento o la casa directamente, sin pasar por intermediarios. Hace dos semanas la compañía anunciaba que había cerrado una nueva ronda de financiación valorada en 1.000 millones de dólares, lo que tasaría la empresa en unos 24.000 millones de dólares que es más de lo que capitaliza en bolsa Marriott International. El gigante hotelero de lujo está valorado en 21.000 millones de dólares. Esto también supone doblar el valor de Expedia (14.000 millones de dólares).
Este año AirBnB espera ingresar 900 millones de dólares, un incremento espectacular si tenemos en cuenta que su facturación en 2013 fue de 250 millones de dólares. Para el 2020, AirBnB calcula obtener 10.000 millones de dólares de ingresos. ¿Es o no un lujo de compañía? Los datos son apabullantes. Nacida en 2008, tiene presencia en 190 países y a través de su plataforma mas de 35 millones de personas han encontrado un lugar que alquilar "fuera del mercado regulado". Si nos ceñimos solo a Nueva York, según los datos publicados por la compañía, en el 2014 esta actividad habría generado unos 1.150 millones de dólares y generado unos 10.000 puestos de trabajo derivados del consumo que estos turistas hacen en los barrios en donde se hospedan. Allí han florecido negocios que hasta ahora no había.
Sea como fuere, la ciudad reclama a AirBnB algo más de 33 millones de dólares en impuestos estimados no pagados, ya que al no ser hoteles ni alquileres regulados por ley, los dueños de las casas no pagan estas tasas. Los ingresos son netos y en negro. El proceso está en los tribunales y llevará su tiempo. Mientras tanto, millones de personas empiezan a escoger este tipo de "solución vacacional". En las redes sociales se encuentran valoraciones de todo tipo, pero las más repetidas son: "encontrarse como en casa a precios razonables", "el lujo de estar en una vivienda compartiendo con sus dueños, la cultura de la ciudad o del barrio". Este tipo de alquileres tiene un precio pactado pero no regularizado, y depende también de si llegas a un acuerdo de desayuno, por ejemplo, o el alquiler es de habitación o de apartamento completo —sin inquilinos en la casa—.
En Nueva York, dependiendo de las zonas, puedes alquilar un apartamento en Manhattan desde 500 dólares a la semana (450 euros).