Seguridad y privacidad en Internet: ¿a qué riesgos nos exponemos y cómo hacerles frente?
A menos que vivas en la luna, seguro que te has enterado de la filtración esta semana de decenas de fotos de famosas desnudas en el foro 4chan. Puede, incluso, que las hayas visto y, más aún, que hayas leído que todo se debe a la acción de un hacker que aprovechó un presunto fallo de seguridad para colarse en iCloud, el servicio en la nube de Apple.
Posiblemente creas que este fallo nunca te podría afectar pero, aunque no lo sepas, los problemas de seguridad en la red le ocurren a miles de personas de todo el mundo. Incluido tú. Y es que, literalmente, muchos usuarios están en las nubes.
Pablo San Emeterio, experto en seguridad de Telefónica España, explica que la nube consiste en un número de centros de datos con millones de servidores en Internet ubicados en cualquier país o países que se utilizan entre otras cosas para el almacenamiento de datos, normalmente sin coste. Visto así, parece que todo son ventajas. No obstante, la gratuidad también tiene un precio.
El problema más evidente que plantea un sistema de estas características es el legislativo: como los servidores pueden estar alojados en cualquier país, al utilizar la nube nos regimos por la legislación donde estén ubicados. Probablemente, o generalmente, una zona distinta a la nuestra. Por otra parte, todos los servidores —como todas las páginas web— son susceptibles de ser hackeados y crackeados, bien por una falta de actualización bien por fallo derivado de una mala programación.
"NINGÚN SISTEMA ES 100% FIABLE"
Ningún sistema es seguro y fiable al 100%, advierte San Emeterio, una persona que sabe de lo que habla. Junto a su compañero Jaime Sánchez, quebró el código de WhatsApp para modificar el remitente de un mensaje.
Y por sistema se entiende cualquier herramienta o programa que utilizamos, a veces de forma compulsiva, en el día a día. Por ejemplo WhatsApp -que tiene más de 500 millones de usuarios en el mundo, -Facebook -con más de 1.200 millones de usuarios activos- o Instagram. En caso de que cualquiera de ellos sufra un problema de seguridad pondría en peligro nuestra información personal, ya sean imágenes, vídeos o agenda de contactos.
"Cuando un contenido accede a Internet es prácticamente imposible acabar con él", defiende, y agrega que "hay muchos riesgos que la gente no conoce". ¿Cuál es el más clásico? "Está relacionado con nuestra obsesión por todo lo gratis, como las señales WiFi de aeropuertos o cafeterías. No somos conscientes de que detrás puede haber un atacante".
El especialista aclara que "no es posible" saber quién entra a ver tu página de Facebook, pese a la existencia de multitud de aplicaciones que teóricamente ofrecen este servicio. "No existe ningún programa que haga eso", aclara. Y niega que haya algún otro que, "a día de hoy", sirva para "espiar" a alguien por WhatsApp. "Lo que hacen es recopilar nuestra información y, como otras aplicaciones, pueden utilizar tu equipo para un sinfín de actividades delictivas", asegura. En tres palabras: el espía espiado.
LAS CONDICIONES DE UNA 'APP', COMO LAS DE UN CONTRATO
"La vida real y la vida digital aún no han convergido", cuenta el profesional de la seguridad informática, y justifica su afirmación en que, al apuntarnos a un gimnasio, generalmente leemos el contrato que firmamos, aunque tenga diez páginas. En el caso de las aplicaciones o programas "no se hace", y aunque "no es necesario leer todas las condiciones", sí debemos indagar sobre "ciertos puntos de lo que estamos aceptando".
La clave del profesional para demostrar que no entendemos los peligros que conlleva internet es muy simple. "Si tuvieras fotos o documentos comprometidos, ¿los llevarías físicamente por ahí, en la mano?", cuestiona. Pues con la nube ocurre lo mismo. "No sabemos qué hacen con nuestros ficheros", añade. Un ejemplo: Google localizó a un pedófilo mediante un "escaneado automático" en Gmail.
"Otra cosa que muchas personas no saben es que, cuando cogemos una señal WiFi, las fotos de nuestro dispositivo se sincronizan por defecto y automáticamente con iCloud". La forma de evitarlo consiste en desactivar esa opción en el teléfono. Ocurre lo mismo al hacer fotos con Facebook, Instagram, WhatsApp o Snapchat. Por ello, "siempre" que se quiera borrar el rastro de una fotografía o archivo, hay que eliminarla también de la nube.
UNA SOLA CONTRASEÑA, UN GRAN ERROR
"Otro error que cometemos es poner la misma contraseña para todo: el banco, la gestión del ADSL o un portal de aficionado a la fotografía". Si una de esas páginas cae se abre la puerta a que los piratas informáticos accedan al resto.
Una fuente especializada en ciberseguridad que ha preferido no ser citada por su nombre afirma que, "cuando un servicio es gratis, el producto eres tú; el negocio son tus datos, ya que la empresa siempre gana". De este modo, "la información es sinónimo de poder y de dinero, y cuando tú entregas tu información, te entregas a ti mismo". Eso sí, la misma fuente reconoce hacer uso de estos servicios: “La usabilidad siempre es enemiga de la seguridad”.