Padres de Ciudad Lineal ante el caso del pederasta: más pendientes, mismos hábitos
"Realmente no he tomado ninguna precaución más allá de las de siempre. Estar con él, cerca, vigilándole... y ya está. Nunca le dejamos solo". Roberto Peña, treintañero y padre de un niño de tres años, resume así la reacción de muchos progenitores tras el caso del pederasta de Ciudad Lineal: más pendientes pero sin cambiar sus hábitos. A pesar de las actuaciones del delincuente -que ha raptado a tres niñas de nueve, cinco y siete años en los últimos cinco meses-, Peña y su hijo bajan con regularidad a un pequeño parque cercano a su casa, en el barrio frecuentado por el pederasta.
El área de juegos infantiles en la que se encuentran está situada en la confluencia de las calles de Arturo Soria, García Noblejas y Misterios, al lado de una parroquia y justo enfrente de la parada de metro de Ciudad Lineal (Madrid capital). En ella hay cinco niños jugando, todos bajo la atenta mirada de algún familiar. Una mujer de entre 50 y 60 años no le quita el ojo a su nieta, de cinco. "Es una niña y siempre estoy muy pendiente de ella", cuenta.
Las dos acuden siempre a un parque de Quintana -también en el distrito de Ciudad Lineal-, pero esta tarde han ido al centro comercial que está frente a esta zona infantil. La abuela conoce la existencia del pederasta gracias a su hija, quien le ha pedido que tenga cuidado.
"Para ser ya varias veces las que lo ha hecho, creo que no han tomado muchas precauciones", denuncia la mujer. Sin embargo, la Policía ha informado este jueves de que se estrecha el cerco al "depredador" y, aunque la justicia ha declarado el secreto de sumario en torno a este caso, la agencia Efe afirma que ya hay un retrato robot -no distribuido públicamente- para la búsqueda del delincuente.
"De todas formas, si vemos algún hombre extraño por ahí creo que deberíamos decirlo", añade la abuela de la niña antes de saber que hay un retrato robot. Este jueves, el portavoz de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, ha asegurado que el servicio de Emergencias 112 de la región ha recibido una treintena de llamadas relacionadas con el pederasta.
Desde otro de los bancos de este parque de Ciudad Lineal, una madre que ronda la cuarentena vigila de cerca a su hija. "Siempre", insiste, baja con su pequeña de seis años y se mantiene cerca de ella, algo que "antes también hacía". Asegura, eso sí, que ha cambiado de parque "hasta que le cojan".
"NO HAY QUE CAMBIAR POR EL TEMOR"
A unos 200 metros de allí se encuentra la zona de juegos desterrada por la mujer, el Parque de los Mosquitos. José Antonio Rodríguez sí que va a esa zona con su hija Elia, una niña de cuatro años que escala una tela de araña de cuerdas. "No sé si estas cosas son noticia o han ocurrido siempre. Aquí puedes ver niños y no se sabe dónde están los padres que, a lo mejor, están mirándoles. No sé si la vigilancia policial es mayor o menor", duda el padre.
Rodríguez afirma que tanto él como su pareja no han modificado sus hábitos respecto a la niña, que "siempre" están con ella y que "no hay que cambiar por ese temor". Los padres van en sentido contrario a lo que declaró este martes el portavoz de la Comunidad, quien aseguraba que había padres que no bajaban a sus hijos por miedo.
Rodríguez, sin embargo, expone que no ha notado temor ni menos gente en los parques. "Estamos en verano, hay menos personas en todas partes y menos afluencia de niños", razona. Desde su punto de vista, la amplia cobertura de los medios de comunicación sobre el tema "puede ser una cortina de humo para que la gente no se preocupe de otras cosas".
"DEMASIADO BOMBO A LA NOTICIA"
Una parada de metro más lejos, bajando la calle de Rufino González, hay otro parque infantil frente al número 54. Allí están la madre de Lucía y Natalia, de tres y dos años, y el padre de Erica, de dos años, que se conocen de bajar a jugar a sus respectivas hijas. "Yo procuro no venir sola", cuenta la madre de las dos niñas, de 43 años. "Y no quitarles los ojos de encima", completa el padre de la otra menor, de 40 años.
Sin embargo, ambos reconocen que hacen "prácticamente lo mismo de siempre". Creen, eso sí, que los parques de su zona están "mucho más vacíos". Según la madre de las pequeñas, la alerta que hay va a seguir hasta que detengan al pederasta. "Yo creo que alarma hay, pero se ha agrandado un poco también. No sé si es que en verano hay pocas noticias pero, para mí, aunque es importante, le han dado demasiado bombo", sentencia el padre.
Ambos coinciden en que "gente así siempre ha existido". Para el padre de Erica, no hay que sacar las cosas de contexto: "Todos hemos sido pequeños y nuestros padres nos han dicho que no vayamos con desconocidos, ¿no?".
Una de las dos hermanas se ha manchado de chocolate y, mientras su madre la limpia, el padre de Erica explica su impresión sobre el caso del pederasta. "Que esté por la zona es un motivo más para estar pendiente, pero tampoco voy a dejar de bajar a la calle ni voy a ponerle una cadena al cuello a la pequeña", razona. Por otra parte, asegura que ha comprobado el "miedo" que sienten algunos padres, "que no salen a la calle y que, si salen, es a ciertas horas, evitando sitios nuevos y cosas así".